Los disruptores endocrinos son sustancias químicas artificiales que alteran la regulación hormonal en humanos. El sistema endocrino se encarga de regular varias funciones esenciales del cuerpo humano, como el crecimiento, el comportamiento y la reproducción, a través de la secreción controlada de hormonas.
Entre los disruptores endocrinos se encuentran los hidrcarburos policíclicos aromáticos (PAHs), lo bifenoles policlorados (PCBs), los pesticidas, los ftalatos, los diisolventes orgánicos, los fenoles (como el BPA), los compuestos alquil-fenólicos (APCs), los retardantes de llama (BFRs), algunos metales y parabenos.
Las personas estamos expuestas a estas sutancias a través de la dieta y el consumo de diversos produtos, así como en el ambiente laboral. Existe evidencia en la literatura científica de la asociación entre la exposición a estas sustancias y varias patologías: cáncer, diabetes, obesidad, disminución de la fertilidad.
Las mujeres son especialmente vulnerables durante el embarazo, y dado que en algunas profesionales la exposición potencial a estas sutancias es mucho mayor que en otras, los autores plantean si esas divergencias en la exposición están asociadas a algunos indicadores de la salud del niño, como el peso al nacer, la duración del periodo de gestación y la parto prematuro.
Metodología
Participaron 221837 madres y niños que fueron seguidos durante diferentes periodos de tiempo y en varios países de Europa. Esos datos se cruzaron con los correspondientes a matrices de exposición laboral, y se eliminaron aquellos que no pudieron parearse, por lo que la muestra total quedó en 131279 parejas madre-niño.
Esa exposición potencial en el lugar de trabajo fue primeramente codificada por expertos según 3 niveles de exposición: improbable, posible, y probable. Esa clasificación se realizó considerando que en el caso de una exposición no improbable se sobrepasara la exposición habitual en la dieta. Se dividió a los disruptores endocrinos en 10 tipos de sustancias diferentes.
Las variables relacionadas con las características del niño al nacer fueron el peso (si era menor de 2.500 kgs era considerado de bajo peso), las semanas de gestación (días), y si el parto era pretamaturo o no (<37 semanas).
Se emplearon también covariables: sexo del bebé, años de la madre, lugar de nacimiento, estado civil, educación, consumo de tabaco, e índice de masa corporal.
Los análisis se realizaron para cada cohorte y fueron agregados usando técnicas de metanálisis.
Resultados e implicaciones
Sólo el 11% de las madres tenía un trabajo que era considerado como posible o probable en cuanto a la exposición a disruptores endocrinos.
Los resultados del metanálisis indicaron que el efecto de la exposición a disruptores endocrinos sobre el bajo peso de los neonatos era significativo: OR=1.25; 95% IC: (1.04, 1.49), pese a que en la mayoría de cohortes no existiera potencia estadística para detectar ese efecto. Esa asociación fue consistente entre los diferentes grupos de disruptores. Sin embargo, no se encontraron efectos para los otros 2 endpoints considerados: duración de la gestación y parto prematuro, ni tampoco cuando el peso del niño al nacer si tomó como variable continua.
Las trabajadores en el sector agrícola y las peluqueras estaban expuestas a al menos cuatro de los grupos químicos en que se han dividido los disruptores endocrinos, lo que hace difícil determinar cuál de ellos ha podido tener incidencia.
Limitaciones/Comentarios
En este tipo de estudios epidemiológicos la falta de control de variables importantes es clave. Como indican los autores, las fuentes de polución ambiental no fueron consideradas, y es probable que estuvieran asociadas a algunos tipos de trabajo. De este modo, las conclusiones hay que tomarlas con prudencia.
Y además tienen una doble interpretación. Por un lado es destacable que, pese a las limitaciones del diseño metodológico se encuentre un efecto significativo global sobre el peso de los niños al nacer (medido como variable categórica), y que además ello sea consistente en cada grupo de disruptores. Sin embargo, el hecho de que no haya efectos para los otros endpoints considerados ofrece una visión menos alarmista.
Dada la multitud de factores ambientales que pueden afectar a diversos indicadores de salud (endpoints), los estudios epidemiológicos se encuentran con grandes dificultades de aislar los efectos de interés. Por tanto, hay que ser prudentes e ir trabajando con indicios. Esos indicios no son pruebas irrefutables sino avances en el camino del conocimiento, y que deben valorarse en su conjunto tras la acumulación de evidencias científicas. Este estudio nos muestra que todavía queda mucho camino por recorrer para entender el efecto que tienen los disruptores endocrinos en los embarazos, pero nos da una pequeña señal de alerta de que hay que minimizar la exposición.
Birks, L. et al. (2016). Occupational Exposure to Endocrine-Disrupting Chemicals and Birth Weight and Length of Gestation: A European Meta-Analysis. Envitonmental Health Perspectives, 124 (11), 1785-1793