Los azúcares añadidos se han convertido en una amenaza para la salud según diversas organizaciones (OMS, AHA; USDGAC…), ya que una elevada ingesta se ha relacionado con el incremento de riesgo de diabetes tipo 2, obesidad, colesterol alto, presión arterial alta, hipertensión, cáncer, enfermedades coronarias, caries… Además son una fuente de calorías «vacías» que desplazan otros alimentos más nutritivos de nuestra dieta.
En Estados Unidos se recomienda que la ingesta diaria no supere el 10% del total de calorías. Básicamente, y esto no lo dice el artículo, ello supondría tomar unas 200 calorías para una dieta de 2000, lo que sería equivalente a unos 50 gramos diarios. Esos 50 gramos estarían cubiertos por aproximadamente 5 yogures de 125 gramos, sin tomar absolutamente nada más al día (ni galletas, ni cereales, ni chocolates, ni refrescos, ni bollería, etc.). En Estados Unidos, los autores comentan que el consumo está en el 15% de las calorías diarias, por lo que es preceptivo actuar para reducirlo. Los productos manufacturados son la principal fuente de azúcares añadidos en la dieta. El objetivo de esta investigación es evaluar el consumo de este tipo de productos en Estados Unidos.
Metodología
Se realizó un estudio transversal con 9317 participantes en la National Health and Nutrition Examination Survey 2009-2010. Para ello se diseñó un muestreo probabilístico multietápico por clusters, procediendo a la sobre representación de determinados subgrupos para incrementar la fiabilidad de las estimaciones (hispanos, no hispanos negros, no hispanos blancos, otras personas por debajo del 130% del nivel de pobreza federal, y personas mayores de 80 años).
La encuesta consistía en una entrevista personal en el domicilio del participante y un examen médico en un centro de salud móvil. Para los niños pequeños se contó con la colaboración de los padres o personas que más conocían los hábitos de esos niños.
Los alimentos se dividieron en 4 grupos:
(1) Alimentos no procesados o mínimamente procesados (frutas, verduras, carnes, pescados, huevos, tubérculos, legumbres…)
(2) Condimentos culinarios (azúcar, sal, aceites)
(3) Alimentos procesados (comida manufacturada con el añadido de azúcares y sal para condimentar comida mínimamente procesada, como pan, latas de conserva o quesos).
(4) Alimentos ultra procesados (comida manufacturada con sal, azúcares y otros ingredientes como conservantes, colorantes, endulzantes, etc.). Aquí estarían los cereales para el desayuno, yogures azucarados, batidos, galletas, refrescos, zumos azucarados, snacks, helados, bollería, comida precocinada, etc.
Es importante señalar que por azúcares añadidos se entienden aquellos que no están presentes en los alimentos de manera natural, como la fructosa en la fruta o la lactosa en los lácteos.
Resultados
La media calórica diaria fue de 2069.5 kcal, proveniendo el 57.9% de ellas de productos ultraprocesados. Un 29.6% provino de alimentos sin procesar o mínimamente procesados.
En cuanto a los azúcares, la media fue de 292 calorías, es decir, alrededor de un 14%. De esos azúcares, el 89.7% provenían de comidas ultraprocesadas siendo las fuentes más importantes los refrescos (17.1%), las bebidas de frutas (13.9%), galletas y bollería (11.2%). El contenido medio de azúcar en las comidas ultra procesadas fue del 21.1% de las calorías, lo que es 8 veces más alto en que las comidas procesadas, y 5 veces más elevado que en las no procesadas o mínimamente procesadas.
Finalmente, se encontró una asociación prácticamente lineal entre la ingesta de azúcares añadidos y la de comida ultraprocesada, lo que indica que aquellos que se alimentan con este tipo de comida manufacturada ingieren más cantidad de azúcar.
Implicaciones
En Estados Unidos la comida ultra procesada constituye la principal fuente de calorías, y es la responsable de que se exceda en un porcentaje considerable las recomendaciones sobre consumo diario de azúcar añadido. Comer menos de un 30% de calorías de productos que no sean ultra procesados es una buena forma de cumplir con esa sugerencia de ingerir menos de un 10% de calorías provenientes de azúcares añadidos.
La distribución de consumo de refrescos entre los participantes está muy asociada al consumo de comida ultra procesada, al igual que el de zumos de frutas azucarados. Esto es muy importante para evaluar si los estudios que emplean como proxy el consumo de refrescos o de bebidas azucaradas para relacionar el consumo de azúcares añadidos con diversas enfermedades pueden ser correctos. Como ese consumo se incrementa gradualmente en los 5 quintiles de la distribución de ingesta de comida procesada, hay indicios para confiar en que el «monstruo» no son los refrescos, al menos no sólo los refrescos, sino el estilo de vida asociado a la gente que consume más refrescos (más comida procesada y, por tanto, más azúcares añadidos).
Limitaciones
Los estudios con entrevistas siempre están sujetos a sesgo potencial, y pueden haber algunos alimentos donde haya errores de clasificación para asignarlos a algunos de los 4 grupos del estudio.
Martínez Steele, E. et al. (2016). Ultra-processed foods and added sugars in the US diet: evidence from a nationally representative cross-sectional study. BMJ Open,doi: 10.1136/bmjopen-2015-009892