El herbicida más empleado del mundo, el glifosato, es el ingrediente activo de un producto que tuvo una producción estimada de 720000 toneladas en 2012. El glifosato tiene una vida media que varía entre 1 y 197 días, en función de las condiciones del suelo y del entorno, y su metabolito, el AMPA, que también es tóxico, es aún más persistente que el glifosato, con una vida media entre 23 y 958 días.
Tanto el glifosato como el AMPA son considerados no volátiles, por lo que su diseminación en la atmósfera se considera despreciable. Sin embargo, su transporte a otras áreas a través del viento es bastante probable.
Aunque la IARC ha catalogado el glifosato como probable cancerígeno, la EFSA no lo ha hecho así, y ha propuesto una dosis de referencia aguda (ARfD) de 0.5 mg/kg de peso corporal, que según los autores, también es la dosis aceptable al día (ADI) para los consumidores.
El objetivo de esta investigación es analizar la distribución del glifosato y del AMPA en fracciones diferentes de sedimento erosionado por el viento, así como estimar su potencial para ser transportado a largas distancias.
Metodología
Se empleó la capa superficiel de un suelo fértil que se secó al aire y se tamizó. El suelo estaba libre de glifosato y AMPA.
El glifosato fue disuelto en agua pura para obtener una solución con una concentración de 0.42 g/L. Una concentación de 8.4 mg/kg fue empleada tomando como base una aplicación típica agrícola.
Los autores usaron un tunel de aire para testar la dispersión de las partículas de glifosato. Se expuso la muestra de suelo expuesto al herbicida a una velocidad de 10 m/s. Después de cada batida de aire se recogieron muestras de sedimentación en el túnelo por triplicado y en cuatro diferentes lugares: 10 cm, 480 cm, 1290 cm, y 1865 cm.
Resultados e implicaciones
La materia orgánica y la composición arcillosa del suelo condicionan la concentración de glifosato y AMPA. La concentración de estos tóxicos fue mayor en las partículas de sedimentación más pequeñas.
Según la modelización que realizan los autores, vientos de 3.5 a 4.4 m/s podrían dispersar partículas de hasta 20 micras, mientras que para las partículas menores de 10 micras, la velocidad crítica sería incluso menor, entre 1.2 y 1.4 m/s. A estas velocidades las partículas podrían viajar varios cientos de kilómetros antes de posarse en la superficie.
Es importante destacar que durante las 4 semanas de experimento la formación de AMPA fue muy pequeña debido a la poca degradación del glifosato, debido probablemente a la carencia de humedad propia de las condiciones experimentales. Recordemos que la mayor erosión por el viento ocurre en condiciones de muy baja humedad. Por tanto, si el glifosato es empleado en periodos secos, la probabilidad de que se disperse por el aire se incrementa.
El glifosato y el AMPA se fijan a material particulado, siendo de especial relevancia las fracciones más finas (PM10 y PM2.5). Estás últimas puden incluso adherirse a los pulmones. Dado que se estima de 2.1 millones de personas mueren todos los años por problemas respiratorios asociados a la inhalación de material particulado, el riesgo se incrementará si esas partículas llevan con ellas productos químicos como el glifosato o el AMPA.
Los autores concluyen con que la aplicación de glifosato en regiones susceptibles de ser erosionadas por el viento y en clima seco deberían ser evitadas.
Limitaciones/Comentarios
Se necesitan más estudios para profundizar en la exposición por este tipo de ruta, pero es un nuevo toque de atención para alertar sobre el efecto que tiene el uso de estos pesticidas, especialmente en áreas urbanas (parques, jardines). No obstante, las características de cada suelo condicionan también la concentración en el material particulado.
Bento, et al. (2017). Glyphosate and AMPA distribution in wind-eroded sediment derived from loess soil. Environmental Pollution, doi:1 0.1016/j.envpol.2016.11.033