El cannabis es la segunda droga más consumida en Estados Unidos después del alcohol en adolescentes y jóvenes, con un 22.9% de fumadores en el instituto y un 20% en la universidad. Además, 1 de cada 15 adultos también es consumidor.
Los últimos años de la adolescencia y los primeros de la juventud son todavía importantes en el desarrollo del cerebro. Experimentos en animales han mostrado los efectos negativos del cannabis en el córtex prefrontal.
Los fumadores habituales de cannabis muestran discapacidades en funcionales ejecutivas, como la memoria de trabajo o la atención compleja
Hay evidencia que sugiere que las regiones del cerebro que se desarrollan más tarde como el córtex prefrontal, siguen experimentando el desarrollo de pliegues (gyrification), y cambios en la forma y la superficie del área cortical, tanto en la adolescencia como en la primera juventud. El desarrollo de esas regiones del cerebro depende de factores genéticos, pero también de elementos ambientales.
El objetivo de esta investigación es analizar los posibles cambios en los pliegues cerebrales en adolecentes y jóvenes adultos.
Metodología
Se escogieron 33 consumidores de cannabis y 35 controles entre 18 y 25 años, que superaron los diferentes criterios de exclusión relativos al padecimiento de diversas patologías, o al consumo de otras drogas como el alcohol, por ejemplo.
Los participantes tenían que cumplimentar un cuestionario, acceder a una entrevista y someterse a una resonancia magnética. También se les tomaron muestras de orina, y a las mujeres un test de embarazo con el fin de asegurarse de que cumplían los criterios de exclusión. Se les pagó $160.
Resultados
A nivel descriptivo es muy interesante comprobar como los fumadores de cannabis tienen significativamente más síntomas de depresión, y fuman más cigarrillos, beben más alcohol y consumen otras drogas con respecto a los que no fuman marihuana. Es decir, los hábitos de salud son muy divergentes.
El análisis multivariable muestra, además, que los fumadores de cannabis tienen menores pliegues cerebrales. También poseen una menor área en algunas regiones de la superficie cortical. Es decir, una vez tenido en cuenta las características diferentes en estilos de vida y hábitos de consumo de los participantes (a través del control estadístico de esas variables), aquellos que fuman cannabis tienen una reducción significativa de algunos indicadores asociados al desarrollo cerebral.
En los test de atención que se les pasó a los participantes, aquellos que tenían menores pliegues en la corteza cerebral se desempeñaron peor, lo que también es indicativo de unos efectos visibles en funciones cognitivas.
Implicaciones
Los fumadores habituales de cannabis poseen uno pliegues de la corteza prefrontal más simples que los no consumidores, y también una reducción de la superficie del área orbitofrontal. Esto está asociado a una peor ejecución de diversas funciones cognitivas, como la memoria de trabajo.
Limitaciones
La muestra es pequeña, pero es lo habitual en este tipo de estudios donde hay que hacer resonancias magnéticas cerebrales. Como bien indican los autores, y aunque se excluyó a aquellos jóvenes que eran altos consumidores de alcohol y hubo un control estadístico de las diferencias en ese consumo, la interacción entre el consumo de alcohol y el cannabis podría explicar parte de estos resultados, por lo que sería recomendable una replicación del estudio y un análisis más a fondo para aislar el efecto del cannabis de otros posibles factores de confusión.
Shollenbarger, S. G., Price, J., Wieser, J. & Lisdahl, K. (2015) . Impact of cannabis use on prefrontal and parietal cortex gyrificationand surface area in adolescents and emerging adults. Developmental Cognitive Neuroscience, 16, 46-53