Al menos eso parece por las noticias que están sucediendo en los últimos meses en Estados Unidos. La última de ellas es la que recoge Lerner (2017): Michael Dourson ha sido propuesto para dirigir la Office of Chemical Safety and Pollution Prevention, uno de los puestos más relevantes dentro de la EPA. Dourson ha sido consultor de la industria en al menos 30 de los productos que tendrá que regular.
Su consultora, Toxicolgy Excellence for Risk Assessment (TERA) ha sido recurrentemente financiada por compañías como Dow Chemical, CropLife America, the American Petroleum Institute, Koch Industries, y otros.
Como indica Lerner (2017), Dourson estará en posición de tomar decisiones sobre el clorpirifós, un insecticida que variosestudios han mostrado tóxico en bajas dosis para los niños. La EPA propuso prohibir el insecticida Clorpirifós en 2016, pero Dow (su productor) publicó un informe argumentando que se podría garantizar la seguridad en humanos en un factor 5000 veces menos restrictivo que el que la EPA recomendaba para niños entre 1 y 2 años.
Después de revertir esa propuesta de prohibición, el Administrador de la EPA, Scott Pruitt, retrasó la evaluación del clorpirifós y de otros pesticidas.
Lerner (2017) señala además que Dourson sería responsable de la implementación del Toxic Substances Control Act para estipular los niveles de seguridad algunos de los más peligrosos químicos en uso, entre ellos el Tricloretileno, 1-Bromopropano y 1,4-Dioxano, los cuales su consultora encontró más seguros que lo que lo hicieron científicos independientes.
Scott Faber, vicepresidente del Environmental Working Group dijo al respecto: “Es como poner a Phillip Morris a cargo de la American Lung Association”.
En este post vamos a profundizar un poco más en esta noticia, reflexionando sobre los conflictos de interés y la lamentable pérdida de independencia en favor del poder corporativo.
El clorpirifós y la eterna lucha de las multinacionales por proteger su negocio
Según Lerner (2017), el clorpirifós se ha ligado al autismo y déficit de desarrollo, aunque la investigación que nombra la periodista no dice específicamente que el clorpirifós se asocie con el autismo (existe evidencia débil de asociación, pero con un patrón poco claro de respuesta a la dosis), sino con los organofosfatos en general (Shelton et al., 2014), tipología a la que pertenece ese insecticida. Por tanto, es recomendable leer detenidamente el estudio de Shelton et al. (2014) para establecer conclusiones.
En 1992, Dow tuvo que sacar a la luz unos 220 informes de incidentes adversos sobre pesticidas que no se reportaron a la EPA. Esa información salió en un juicio por un accidente ocurrido en 1990 donde un exterminador casero echó clorpirifós cerca de la ventana donde un bebé estaba durmiendo la siesta; el niño quedó parcialmente paralizado. La familia demandó a Dow pero el afectado murió en la adolescencia y, aunque Dow tuvo que pagar una multa de $10 millones a la familia, nunca reconoció que hubiera hecho algo malo.
Dow amenazó con demandar a la EPA en 2000 ante la posibilidad de que la agencia reguladora lo prohibiera en la agricultura. Finalmente la EPA no lo prohibió, pero sí que en 2016 se planteó la posibilidad de hacerlo, a lo que la industria respondió con posiciones como la de esta carta enviada por Janet E. Collins, vicepresidenta ejecutiva de CropLife America (Collins, 2016), una entidad sin ánimo de lucro que representa a los productores agroquímicos. En esa carta pedían a la EPA que no basara su decisión en (según ellos) «estudios epidemiológicos que no cumplen con estándar de calidad bien definidos, y que no están integrados dentro de una evaluación de riesgos para la salud, de una manera bien definida y transparente”.
Este proceder de Dow nos recuerda mucho el que contamos sobre los herbicidas 2,4-D y 2,4.5-T (Martínez, 2017); es decir, la presión a toda costa y en contra de evidencias que muestran estudios independientes, y también en contra de evidencias circunstanciales, para mantener su producto en el mercado. Entre 2005 y 2016 Dow ha obtenido unas ganancias netas de prácticamente 40 mil millones de dólares.
El TERA como solución a los problemas de la EPA
Así es como nació este organismo en 1995, cuando Michael Dourson, tras 15 años, dejó la EPA para fundar esta entidad sin ánimo de lucro, que pretendía cubrir las deficiencias de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. En 2014, y según Adams (2014), la EPA sólo ha evaluado la seguridad de 558 de los 84000 productos que estaban en el mercado.
Es un problema de recursos, y es ahí donde Dourson vio la oportunidad de formar TERA como una organización que, según su propia definición, es independiente y tiene como objetivo proteger la salud pública, reuniendo a científicos del gobierno, la academia y la industria. Sin embargo, más del 50% de los paneles de revisión por pares que TERA ha formado desde 1995 fueron para estudios financiados por grupos industriales.
Adams (2014) comenta el ejemplo de la acrilamida, un posible cancerígeno que se encuentra en las patatas fritas. El estudio de la acrilamida realizado en 2011, cuyo objetivo era evaluar el riesgo de cáncer oral, fue financiado por Burger King y otras empresas del sector. Cuatro de sus ocho autores fueron científicos del TERA, con Dourson a la cabeza. TERA también seleccionó el panel que revisó el estudio, cuyos resultados sugieren relajar el nivel de protección de la EPA por un factor de 10.
Dourson argumenta que TERA es neutral; Los científicos que suelen trabajar para la industria a menudo se emparejan con un número igual de investigadores gubernamentales y académicos. Sin embargo, para otros expertos como Denison (2017), el TERA es un instrumento de las corporaciones para lavar la imagen de un tóxico que está bajo sospecha.
El concepto de neutralidad
Pero claro, el concepto de neutralidad es un poco particular para Dourson. Lo que nos dice la historia (ver por ejemplo, Martínez, 2017), es que la industria defiende sus intereses por encima de los de los ciudadanos, aunque para ello tenga que ocultar la verdad y contar sólo la parte del relato que le beneficia.
Bajo esta premisa si se quiere formar un panel «neutral», los científicos de la industria tendrían que verse contrarrestados por científicos que defendieran el polo opuesto, es decir, los intereses de los ciudadanos por encima de los de la industria aunque para ello tengan que ocultar la verdad y contar sólo la parte del relato que le beneficia.
Rápidamente el lector puede darse cuenta de dónde está el problema aquí, y es que esa «otra parte» la forman en TERA investigadores gubernamenales y de universidades americanas. Estos investigadores es de esperar que tengan una visión neutral, pero neutral de verdad, lo que significa que defenderían la verdad en base a la evidencia disponible y la aplicación de medidas de precaución cuando fuera necesario. Por tanto, si en un lado tenemos un «sesgo pro industria», al otro lado no hay un «sesgo pro ciudadanía», sino unos científicos que se presupone independientes y que tratan de hacer su trabajo de manera adecuada.
En consecuencia, la neutralidad que defiende Dourson es bastante discutible, porque parte de un supuesto equilibrio que no existe. La visión de la industria debe ser escuchada, sí, pero su influencia contamina el proceso de toma de decisiones.
Una muestra de ese trabajo del TERA se puede ver en la siguiente figura, sobre 10 productos químicos en los que ha recomendado niveles más laxos que los hasta ahora establecidos (Denison, 2017). Parece, por tanto, que los resultados siempre van en el mismo sentido.
Las redes de publicación científica
Publicar en revistas de impacto no siempre es sinónimo de calidad. A veces entran en juego otra serie de factores que influyen en que un artículo sea finalmente publicado. Es un mundo extremadamente complejo para analizarlo en este post, pero hoy simplemente podemos apuntar el ejemplo de la revista Regulatory Toxicology and Pharmacology.
Según Denison (2017), 37 de 66 artículos realizados por Michael Dourson tras dejar la EPA en 1995 y ponerse al frente de TERA han sido publicados en Regulatory Toxicology and Pharmacology, una revista con un perfil claramente pro industria (con patrocinadores de la industria química y del tabaco). Dourson es, además, uno de los editores de la revista.
Los investigadores somos miembros a menudo de más de un comité editorial de revistas científicas. Es parte de nuestro trabajo. Y publicar en una revista donde eres editor o editor asociado es hasta cierto punto frecuente…pero dentro de unos límites, claro. Cuando uno publica más de la mitad de su producción científica de los últimos 20 años en la misma revista se corre el riesgo de que se piense que puede haber algún supuesto trato de favor, o al menos, que la «facilidad» para publicar en esa revista es mayor. Adams (2014), hace un razonamiento parecido.
Hacia la destrucción de la EPA
La EPA nació en 1970 con la desafiante misión de tratar de regular la inmensamente creciente puesta en el mercado de productos químicos. Sus baches han sido numerosos, y los hemos comentado en otros artículos (ej. Martínez 2017). Pero la deriva que está llevando este año 2017 es ciertamente preocupante. Como contábamos en Martínez (2017):
En febrero de 2017, Scott Pruitt se convertía en su máximo responsable, una persona que había trabajado como fiscal general de Oklahoma y que había demandado anteriormente en 14 ocasiones a la EPA bajo la presidencia de Obama, precisamente para defender los intereses de la industria frente a las políticas de cambio climático. Ahora, según describen Bieseckner & Causey (2017), se han conocido varios emails que prueban que efectivamente este abogado se coordinaba en privado con esas empresas contaminantes para torpedear las decisiones de la administración Obama. Pero el Senado de Estados Unidos ha puesto al frente de la EPA a una persona cercana a los hermanos Koch, y cuyos esfuerzos por proteger la industria más contaminante son evidentes.
Donald Trump ha bajado un 31% el presupuesto de la EPA, de 8200 millones de dólares a 5655 millones en el año fiscal de 2018, desde el 1 de octubre de 2017 al 30 de septiembre de 2018), su nivel más bajo en 40 años si ajustamos por la inflación (Trush & Davenport, 2017). Por tanto, no sólo la EPA se pone en manos de perfiles pro industria, sino que los recursos para realizar su trabajo son claramente insuficientes.
Los demócratas han criticado el nombramiento de Michael Dourson. Los republicanos, sin embargo, contra argumentan que es una forma de luchar contra la «demasiada politización» de la EPA bajo la presidencia de Obama (Toloken, 2017). Extraña visión esta de los republicanos, ya que para ellos poner a Scott Pruitt como Administrador y a Michael Dourson como prácticamente el segundo en el escalafón no es «politizar» la EPA. Conociendo los antecedentes de Pruitt y Dourson en relación a su perfil pro industria, y tras el tremendo recorte en los presupuestos, parece que la EPA puede quedar herida de muerte.
Eso sí, en este escenario es previsible que organizaciones como el TERA y otras privadas, vean sus negocios crecer en el ámbito de la evaluación de riesgos. Estas organizaciones se suelen vender como hace el TERA: “independent non-profit science por for public health protection”. Pero sabemos muy bien que eso simplemente forma parte de las herramientas de marketing. Ya comentamos en el post sobre el lobby del azúcar la cantidad de organizaciones, fundaciones, institutos, que en España la industria crea para lavar su imagen y dar la parte del mensaje que les interesa (Martínez, 2017). Son organizaciones sin ánimo de lucro, sí, pero eso no significan que su misión sea defender una causa justa.
Conclusión
El «fichaje» de Michael Dourson por la EPA se une al de Scott Pruitt y a la bajada en un 31% del presupuesto de esta agencia gubernamental. Todo en el mismo año. Un panorama ciertamente preocupante que se añade a los históricos casos de corrupción y ocultación.
Mientras tanto, la industria sigue frotándose las manos, ya que la situación aparantemente se pone de cara para permitir regulaciones más laxas, además de obtener una mayor capacidad de influencia.
«America first», sin duda, pero parece que unos más primero que otros. Estos movimientos de la Administración Trump desprotegen todavía más a una ciudadanía que (no sólo en Estados Unidos) no se da cuenta de que lo que este Sistema realmente significa para ellos.
Referencias
Adams, R. (2014, diciembre 19). One-stop science shop has become a favorite of industry—and Texas. Descargado desde: https://www.publicintegrity.org/2014/12/19/16546/one-stop-science-shop-has-become-favorite-industry-and-texas
Bieseckner, M. & Causaey, A. K. (2017, junio 16). Emails reiterate EPA chief’s ties to fossil fuel interests. Descargado desde: https://www.washingtonpost.com/business/emails-reiterate-epa-chiefs-ties-to-fossil-fuel-interests/2017/06/15/4c799f10-523b-11e7-b74e-0d2785d3083d_story.html?tid=ss_tw&utm_term=.4b564871e2a6
Collins, J. E. (2016, noviembre 29). Carta al Dr. Jack Housenger. Director del Programa de Pesticidas de la EPA. Descargado desde: http://191hmt1pr08amfq62276etw2.wpengine.netdna-cdn.com/wp-content/uploads/2016/01/FINAL-CLA-Petition-Regulatory-Decision-Making-11-29-16.pdf
Denison, R. (2017, agosto 9). Dourson’s go-to journal for publishing his industry-funded papers is, well, also industry-funded. Descargado desde: http://blogs.edf.org/health/2017/08/09/doursons-go-to-journal-for-publishing-his-industry-funded-papers-is-well-also-industry-funded/
Denison, R. (2017, septiembre 18). Modus operandi: How EPA toxics nominee Dourson carries out his work for the chemical industry. Descargado desde: http://blogs.edf.org/health/2017/09/18/modus-operandi-how-epa-toxics-nominee-dourson-carries-out-his-work-for-the-chemical-industry/
Denison, R. (2017, septiembre 22). Proof in pudding: EPA toxics nominee Dourson has consistently recommended “safe” levels for chemicals that would weaken health protections. Descargado desde: http://blogs.edf.org/health/2017/09/22/proof-in-pudding-epa-toxics-nominee-dourson-has-consistently-recommended-safe-levels-for-chemicals-that-would-weaken-health-protections/
Lerner, S. (2017, enero 14). Poison fruit. Dow Chemical Wants Farmers to Keep Using a Pesticide Linked to Autism and ADHD. Descargado desde: https://theintercept.com/2017/01/14/dow-chemical-wants-farmers-to-keep-using-a-pesticide-linked-to-autism-and-adhd/?comments=1#comments
Lerner, S. (2017, octubre 3). Trump’s pick for EPA safety chief argued kids are lesssensitive to toxins. Descargado desde: https://theintercept.com/2017/10/03/epa-nominee-michael-dourson-toxic-chemicals/
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Shelton, J. F., et al. (2014). Neurodevelopmental Disorders and Prenatal Residential Proximity to Agricultural Pesticides: The CHARGE Study. Environmental Health Perspectives, 122 (10), 1103-1109.
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Toloken, S. (2017, octubre 6). Trump’s choice to head EPA chemical safety office faces tough questioning over ties to industry. Descargado desde: http://www.plasticsnews.com/article/20171006/NEWS/171009926/trumps-choice-to-head-epa-chemical-safety-office-faces-tough
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