En 2011, la marca Feiyue lanzó la campaña «El ataque del hombre lobo», a través de internet. El vídeo, dirigido por Srinath Christopher Samarasinghe y Julien Vray (este último fue quien lo escribió), emplea recursos esenciales del género de terror adolescente, y por eso es un buen ejemplo de cómo realizar un producto publicitario atractivo. De este modo, para los estudiantes de marketing es un buen ejercicio analizar ciertos puntos fundamentales.
Ya vimos cuando hablamos del vídeo de Hard Rock Hallelujah, la importancia de crear un producto congruente con las fuentes sobre las que se inspira. En este caso, la marca francesa vuelve a recurrir a la iconografía de una época tremendamente trascendente para la cultura popular; los años 80. Y se cuidan, como en los productos bien hechos, todos los detalles.
El vídeo comienza con una alusión a una frase de Stephen King, del libro de 1999 «La chica que amaba a Tom Gordon». En esa obra, King relata la experiencia de una niña que se pierde en el bosque y los miedos que sufre. Este primer detalle ya es interesante porque actúa como punto de anclaje para el desarrollo visual de la historia que se muestra a continuación: una chica en un bosque experimentando el terror de ser perseguida por un hombre lobo.
Los directores del vídeo usan elementos reconocibles del género desde el comienzo, con esa chica vestida con esas calcetas de hacer gimnasia típicas de los institutos americanos de los 70 y 80, y esa camiseta amarilla. Esa vestimenta, es prácticamente idéntica a la llevada por la chicas de «Carrie» (1976), la adaptación de Brian de Palma de la primera novela de, precisamente, Stephen King. En este vídeo se pueden ver esas chicas ejercitándose al inicio de la película.
Es evidente que esta pieza se basa sobre todo en una de las grandes joyas del cine de los 80; la película de John Landis «Un hombre lobo americano en Londres» (1981), algo que incluso se divisa en la tipografía de los posters.
Bien es cierto que en los posters originales de la película de 1981, la tipografía es diferente. De este modo, los directores podrían incluso haber sido más «leales» a sus fuentes de inspiración y haber empleado una fuente más acorde a la tripografía original.
Cuando Michael Jackson vio la película de John Landis quedó impresionado. Tal fue así, que contactó con él para que dirigiera el vídeo de Thriller, cuyo lanzamiento en 1983 fue un auténtico hito.
En ese vídeo (en realidad, una especie de cortometraje), en el que Jackson participó en el guion, Michael sufre una transformación similar a la que David Naughton padeció en la película, mostrando incluso secuencias de maquillaje casi idénticas.
El famoso vídeo de Thriller contó con la colaboración de Vincent Price, ya bastante veterano, pero que reflejaba a su vez un homenaje a ese cine de terror de bajo presupuesto de los 50 y 60. Price, un auténtico icono del género, aparece también en el billboard del cine en el que Jackson está con su novia viendo la película.
No es de extrañar, por tanto, que los responsables de la pieza creativa de Feiyue, vistieran a su hombre lobo con una cazadora de instituto similar a la que Michael Jackson llevaba en Thriller, y que luego pusieran a la bestia a realizar varios de los clásicos movimientos de baile que el malogrado cantante solía ejecutar con maestría.
Precisamente Vincent Price fue homenajeado también en «Noche de miedo» (1985), con el personaje de Peter Vincent, el tan particular cazavampiros miedoso. Se eligió ese nombre para hacer referencia a Vincent Price y Peter Cushing, iconos ambos del cine de vampiros.
Roddy MacDowall, interpretó magistralmente a Peter Vincent, y Chris Sarandon al vampiro, cuyas transformaciones, por cierto, también hacían recordar a las de la película de Landis.
El film, dirigido por Tom Holland, tiene un opening con la luna llena, realmente parecido a la escena del vídeo de Feiyue, por lo que se vuelven a identificar puntos de referencia comunes, que incrementan la congruencia del trabajo creativo.
La protagonista del vídeo de Feiuye es una chica rubia; y ya digimos que las chicas rubias son las que mueren en las películas de terror adolescente. En cierta manera, hay un regusto al opening de «Scream» (1996), con el que Wes Craven homenajeaba a los años dorados del género, y donde Drew Barrimore sale de casa al tratar de escapar del asesino de la máscara y, aunque no es un bosque, pero ese entorno oscuro de árboles se asemeja bastante.
Los creativos de la pieza de Feiyue, sin embargo, decidieron romper las expectativas haciendo una especie de parodia final, donde la chica rubia vuelve a por sus preciadas zapatillas y golpea al monstruo. Esa ruptura de patrón, como hemos explicado muchas veces, es un recurso bastante empleado en marketing por su efectividad para producir arousal.
Conclusión
Los treintañeros que vieran esta campaña en 2011 reconocerían perfectamente varios elementos icónicos que han formado parte de su primera etapa vital más emocionante. Para ello, los creadores emplearon certeramente varios puntos de anclaje reconocibles, respetando el relato y los símbolos de la cultura pop.
Los estudiantes de marketing deben saber que los detalles son esenciales, y por eso es conveniente desgranarlos para mostrar que, aunque parezca sencillo, una pieza creativa requiere de muchos ingredientes que han de combinarse debidamente.