Un nuevo informe de China Labor Watch nos vuelve a recordar en estas fechas navideñas la responsabilidad que tenemos como compradores y lo que debemos exigirle a las marcas.
The Guardian se hace eco del estudio que retrata las condiciones laborales de cuatro fábricas chinas que hacen juguetes para Disney y Lego, entre otras marcas.
Como se muestra en este gráfico, los trabajadores reciben alrededor de un céntimo de euro por cada muñeca que se vende a casi 40 (realizando el cambio de libras a euros).
Esto indica que cada trabajador recibe como salario el 0.03% del precio de venta final, cuando el fabricante recibe el 16.4% y el distribuidor el 25.9%.
Aunque más bien deberíamos hablar en femenino, ya que como ocurre en el sector textil, la mayoría son mujeres que sufren la explotación de estas gigantes multinacionales amparadas en subcontratas de fábricas con mano de obra barata.
Los trabajadores están haciendo más horas extra de las que legalmente están estipuladas. Durante los meses de mayor exigencia realizan entre 80 y 175 horas extra al mes, a pesar que la ley china marca un límite de 36.
Además, este informe revela otras violaciones de sus derechos:
– No realizan la obligada formación de 24 antes de incorporarse a su puesto en aras de aprender convivir con sustancias tóxicas y protegerse de ellas, y manejar maquinaria peligrosa.
– No se provee a los trabajadores de suficiente equipamiento para protección contra tóxicos en la fábrica.
– No se les realiza un examen físico previo, por lo que luego es difícil dilucidar que si enferman la empresa tiene responsabilidad, es decir, no se puede demostrar si una enfermedad tiene origen ocupacional.
– Los trabajadores no reciben una copia de sus contratos y no se les explican los entresijos de los mismos.
– Viven en unas condiciones indignas, en casas dormitorio en la propia fábrica donde se acumulan hasta 8 personas en una misma habitación, a veces sin agua caliente, la cual tienen que traer a las habitaciones con grandes cubos.
– Carencia de sindicatos independientes.
– Falta de canales de reclamación efectivos. Cuando los trabajadores se enfrentan a problemas en el trabajo eligen renunciar o aceptar esas dificultades sin opción a queja.
Estos son los beneficios netos que han conseguido Disney (izquierda) y Lego (derecha) en los últimos años:
Como se puede apreciar, Disney tuvo unos beneficios en 2018 de $12600 millones, mientras que para Lego en 2017 fueron €1048.35 millones. Estos beneficios multimillonarios no se corresponden con un cuidado de los salarios para los trabajadores de la cadena de producción.
Como afirma el informe, la estimación del salario digno en China en la provincia de Guangdong está entre los $991 y los $1078 al mes. Esto indicaría que para una casa con 4 miembros, dos personas adultas deberían ganar entre $495 y $539 mensualmente como mínimo. Sin embargo, el salario base es de sólo $301.87 en la fábrica «Jetta», $258.74 en la fábrica «Herald», $287.49 en la fábrica «Wah Tung», y $247.24 en la fábrica «Lovable». De esta manera, se ven obligados a hacer interminables horas extra para complementar esos salarios para tratar de acercarse a un salario digno.
Las marcas presionan cada año más a los suministradores para que se consigan más unidades manteniendo el mismo coste de adquisición, y eso hace que la presión repercuta sobre las condiciones laborales de los trabajadores.
Empresas como Disney o Mattel son, paradójicamente, miembros del Ethical Toy Program (ETP), que pretende trabajar para asegurar una mejor calidad de vida de los trabajadores de la cadena de suministro, mejorando sus condiciones laborales. Como indica The Guardian, miembtros del ETP dicen que tomarán nota de este informe y que trabajarán con las fábricas para revertir la situación. Veremos qué ocurre.
Mientras tanto, este informe muestra de nuevo la irresponsabilidad de estas grandes multinacionales, que de un modo u otro son copartícipes de un sistema terrible de explotación que no son capaces de solucionar, pese a los miles de millones de beneficios que acumulan en los últimos años.