Los autores realizan un diseño muy interesante donde hacen que 23 personas adultas y sin problemas de salud recorran durante 2 horas 3 lugares diferentes de una ciudad, dos de ellos expuestos a tráfico y, por lo tanto, a múltiples fuentes de polución (aunque uno de ellos menos expuesto porque sólo circulaban automóviles), y un lugar ajardinado con niveles más bajos de contaminación por circulación de coches. Se les midieron varios biomarcadores, como segregación de cortisol, presión arterial, frecuencia cardiaca, etc., antes, justo después y 24 horas después de su exposición.
Los resultados no son demasiado claros. El bajo tamaño muestral dificulta encontrar significación estadística, por lo que es una gran limitación de este estudio. Cabría esperar cambios significativos en función de cada una de las 3 localizaciones, pero no ocurre así con todos los indicadores. Es cierto que hay un efecto significativo en algunos de ellos, como la presión arterial, pero paradójicamente es más baja a medida que hay más polución (lo que desde el punto de vista de salud cardiovascular sería deseable).
En mi opinión este estudio no arroja demasiada luz sobre los efectos a corto plazo de la exposición a la polución en las ciudades.