Cada día entre 80 y 100000 jóvenes se convierten en adictos al tabaco. Un 88% de los fumadores comenzaron antes de los 18 años, por lo que los programas de intervención sobre niños y adolescentes cobran especial relevancia. Hay estudios que indican que las chicas tienen un comportamiento diferente de los chicos en su iniciación al tabaquismo. Parece que las niñas sufren más presión social es más probable que comiencen a fumar que los chicos, son más influenciables por estrellas de cine que fuman que los chicos. Las marcas de tabaco, por su parte, también contribuye diseñando cigarrillos y paquetes más atractivos para el público femenino.
Los autores del estudio realizan una revisión de 16 investigaciones con intervenciones en la escuela, no encontrando un efecto global significativo en las niñas. En esas intervenciones, a un grupo de niños se les incluía en un programa de concienciación y a otro grupo no, y se seguían durante largos periodos de tiempo (a veces varios años).
Los autores claman por intervenciones más personalizadas sobre las chicas y por combinar esas intervenciones con campañas mediáticas. Reconocen, no obstante, que un pequeño tamaño de efecto podría existir (no detectable con sus datos), y que ese pequeño efecto podría justificar esas intervenciones. En cualquier caso, sólo 1 de los 16 estudios revisados muestran un decrecimiento significativo en el riesgo de fumar para las chicas sobre las que se ha intervenido, lo que es indicativo de que las intervenciones en la escuela necesitan reenfocarse y que la presión social y mediática es muy poderosa. El RR del análisis agregado que realizan los autores es de 0.96 (0.86 ; 1.08).
En mi opinión, no obstante, siempre son interesantes esas intervenciones aunque el tamaño de efecto sea muy pequeño; con que sólo un niño por colegio no se convierta en fumador debido a esos programas de concienciación quizá el esfuerzo merezca la pena.