El síndrome metabólico es una compleja red de síntomas y factores de riesgo que comprende al menos 3 de las siguientes condiciones: obesidad, triglicéridos elevados, bajo colesterol HDL, hipertensión, elevada glucosa. Aunque es cierto que este síndrome se ha ligado al estilo de vida y factores como la mala alimentación, la falta de ejercicio físico o el tabaco, los autores repasan varias investigaciones que añaden también los factores ligados al entorno prenatal y postnatal.
Tanto los estudios en animales como los estudios epidemiológicos han mostrado la importancia de la exposición que tiene el niño en el útero de la madre para el desarrollo posterior de enfermedades. Tanto la malnutrición de la madre, como la ingesta masiva de calorías, la hipertensión o el nivel de glucosa influyen en la salud posterior del niño.
En este artículo de revisión los autores vuelven a incidir en una idea recurrente en los últimos años sobre la prevención de enfermedades: Los hábitos alimenticios de la madre, su estado de salud y la exposición medioambiental influyen decisivamente en la expresión de ciertos tipos de genes del futuro niño.
Como opinión personal hago referencia a un dicho muy empleado de que “una mujer embarazada no es una mujer enferma”. Ciertamente no lo es, pero atención, las mujeres embarazadas tienen la responsabilidad de cuidarse mucho, antes y durante el embarazo, y también durante la lactancia. Unos hábitos saludables y un estado de salud óptimo durante la vida adulta (tanto de hombres como de mujeres), determinan la salud de nuestros futuros hijos.