Los autores realizan un análisis agregado de dos estudios caso-control, englobando a 1498 casos y 3530 controles para estudiar la asociación entre los tumores cerebrales y el uso de teléfonos con tecnología inalámbrica (tanto móviles como los inalámbricos de sobremesa). A través de un cuidado diseño metodológico y de la consideración de otras variables relevantes (génerel uso de estos dispositivos incrementa significativamente el riesgo de desarrollar cáncer en la cabezo, edad, año de diagnóstico, estatus socioeconómico, historial familiar, exposición a radiaciones ionizantes) concluyen que a.
Ese riesgo se incrementa significativamente con el tiempo de uso de esos teléfonos y con el periodo de latencia. Además la tecnología más reciente -3G- (y que produce radiación más energética) incrementa también el riesgo. El mayor riesgo de glioma se encuentra precisamente en la zona de la cabeza donde más se usa el teléfono.
Los niños y adolescentes son un grupo de especial riesgo a la exposición de este tipo de ondas, debido a la mayor conductividad en el tejido cerebral, la cabeza más pequeña y unos huesos más finos. El hecho de empezar a usar estos dispositivos antes de los 20 años incrementa también el riesgo de cáncer.
Los autores recomiendan finalmente a la IARC que revise su catalogación sobre este tipo de ondas (30kHz – 300 GHz) como cancerígenos del Grupo 2B (posible cancerígenos), en base a la evidencia que muestra este estudio, y a las bien conocidas limitaciones de otros estudios anteriores (como el famoso estudio Interphone) que reportaban resultados poco claros. Esas limitaciones de esos estudios han sido comentadas por diversos autores, como Martin Blank en su libro Overpowered.
Creo que este estudio es muy importante para reconsiderar la peligrosidad de la exposición a este tipo de radiaciones. Es cierto que se basa en cuestionarios y que ello incrementa el error de medida. Pero cuando uno encuentra resultados significativos en ese escenario de posible inflado de la varianza, supone que el tamaño de efecto real podría ser incluso mayor del encontrado (Odds ratio mayores). Como limitación cabría destacar que los autores no hacen ningún tipo de test de mala especificación para su modelo, aunque bien es cierto que analizan los datos empleando diferentes herramientas, lo que mejora la robustez. Y también quiero destacar que esta revista sólo está en el Q3 en Scopus y no está incluida (por el momento) en el JCR.
Llevamos más de 20 años incrementando exponencialmente nuestra exposición a los dispositivos de telefonía móvil e inalámbrica. Creo que hay suficiente evidencia para admitir que hay un riesgo claro de desarrollo de tumor cerebral. No se trata de eliminar esta tecnología, sino de informar a la gente y de establecer normas y sugerencias para limitar su uso.