La tristeza es una emoción básica en psicología, y se define como una reacción natural a la pérdida, con un carácter eminentemente efímero, aunque puede extenderse en el tiempo.
Sin embargo, cuando hablamos de emociones inducidas por la música la tristeza se puede ligar a algo placentero, ya que pueden tener un componente positivo. Esa emoción positiva está explicada por el carácter estético de cierta música «triste».
Los autores comentan que es complicado realizar este análisis sobre la tristeza ligada a la música precisamente por esa connotación positiva que tiene, y porque se entremezcla con otras emociones como la nostalgia o la serenidad. El objetivo de esta investigación es profundizar en el análisis de la inducción de tristeza al escuchar música.
Metodología
A través de un cuestionario on-line los autores realizaron varias cuestiones abiertas para que los participantes describieran sus experiencias emocionales inducidas por la música triste (definida ésta por ellos mismos). Un total de 373 personas realizaron el estudio, con un perfil muy variado, aunque la mayoría fueron estudiantes de una universidad en Finlandia.
Los autores realizaron un análisis de contenido con las respuestas obtenidas, clasificando la descripción de los participantes en 3 categorías establecidas a priori: (1) experiencias negativas con un alto arousal; (2) experiencias negativas con un bajo arousal; (3) experiencias positivas
Resultados e implicaciones
(1) Experiencias negativas con arousal alto (12%): Los autores etiquetan esta emoción como una especie de pena o depresión que viene reflejada por palabras como el enfado, la ansiedad, el miedo o la culpa.
(2) Experiencias negativas con bajo arousal (34%): Los autores etiquetan este categoría como «melancolía», ya que está ligada a emociones como la tristeza, la pérdida de un ser querido, la evocación de tiempos que ya pasaron o el cansancio.
(3) Experiencias positivas (54%): Es lo que los autores llaman «dulce pena», ya que los participantes describieron experiencias positivas en relación a escuchar música triste. Entre esos sentimientos, se encuentran la nostalgia, el confort o el placer. La música triste es una forma muchas veces de experimentar de nuevo momentos felices evocados por esas melodías, por lo que no es de extrañar que tenga una connotación positiva. Además, la música triste usualmente es estética en el sentido de que se compone de patrones armónicos que producen placer, por lo que inducen sentimientos positivos.
La tristeza inducida por la música es un fenómeno complejo y multifacético, que puede producir emociones positivas y negativas, dependiendo de diversos factores sobre cómo la música induce emociones. La música triste puede ser, de este modo, placentera debido a su relación con la memoria episódica o con el componente estético de sus patrones armónicos y melódicos.
Limitaciones/Comentarios
Los autores admiten la dificultad de la codificación de las emociones, dado que los participantes reflejaban en el cuestionario emociones diversas y que a veces se solapaban. Tampoco queda claro el papel del arousal en esta investigación cuando las experiencias son positivas, ya que los autores no son capaces de discernir si se producen en un contexto de bajo o alto arousal.
Pese a ser un estudio cualitativo, el tamaño de muestra es muy amplio, lo que es una fortaleza del mismo.
Peltola, H. R. & Eerola, T. (2016). Fifty shades of blue: Classification of music-evoked sadness. Musicae Scientiae, 20 (1), 84-102, doi: 10.1177/1029864915611206