Los pesticidas organoclorados fueron empleados ampliamente hasta la década de los 70, cuando empezaron a prohibirse en algunos países debido a su toxicidad. Un ejemplo es el DDT. Los autores comentan varios estudios que asocian la exposición continua a estos compuestos con la alteración de la función cognitiva.
Este tipo de pesticidas son persistentes, y se acumulan sobre todo en las grasas de los animales, lo que hace que la población esté continuamente expuesta a estos tóxicos incluso aunque se haya prohibido su utilización años atrás.
Los estudios de Richardson et al. (2014) y Singh et al. (2013) encontraron una asociación entre la exposición de la población a estos tóxicos a dosis pequeñas pero cotinuadas con el riesgo de padecer Alzheimer.
Los autores comentan que esos estudios anteriores podían conducir a conclusiones erróneas porque los niveles de metabolistos encontrados en los participantes de las investigaciones podrían ser altos debido a la pérdida de peso ocasionada por la propia enfermedad. De este modo, lo que los autores proponen para su estudio es estudiar un posible marcador de la demencia, como es la función cognitiva, para así eliminar ese posible factor de confusión.
Metodología
Se escogieron 663 personas de una población del National Health and Nutrition Examination Survey, con edades entre 60 y 85 años, a los que se les evaluó la función cognitiva mediante el Digit Symbol Substitution Test y se les midió los niveles residuales de 6 pesticidas organoclorados en sangre y orina.
Se midieron también la concentraciones en orina de 5 organofosfatos y un piretroide.
Resultados
Después de los ajustes pertinentes por diferentes covariables los resultados muestran una evidencia clara de que el riesgo de desempeñarse de manera baja (primer cuartil) en el test de función cognitiva está asociado a la cantidad de residuos organoclorados encontrados, especialmente DDT y DDE.
Sin embargo, los resultados fueron no significativos para los organofosfatos y el piretroide.
Implicaciones
Los resultados de este estudio dan consistencia a investigaciones anteriores que asocian la exposición a pesticidas organoclorados y la enfermedad de Alzheimer. La diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico también están asociados a este tipo de pesticidas, y ambas con el Alzheimer, por lo que la exposición a estos tóxicos podría ser una causa común de todas esas enfermedades.
Limitaciones
Los autores admiten la necesidad de continuar investigando, sobre todo para realizar estudios con animales. También reconocen que el uso del test para medir la función cognitiva es sólo un indicador del desarrollo posterior de demencia, pero no es un predictor perfecto. En cualquier caso, lo importante del estudio es que, pese a sus limitaciones, es consistente con otras investigaciones anteriores implementadas con otra metodología, lo que implica unos indicios claros de los efectos negativos a largo plazo de la exposición a pesticidas organoclorados.
Kim, J. S. et al. (2015). Associations between organochlorine pesticides and cognition in U.S. elders: National Health and Nutrition Examination Survey 1999–2002. Environment International, 75, 87-92