La OMS recomienda que se hagan más estudios ocupacionales para analizar el efecto de los campos electromagnéticos (CEM) sobre la salud. Para ello conviene centrarse en trabajadores que están altamente expuestos, como muchos que trabajan en la industria textil, por ejemplo.
La exposición a este tipo de energías en las cercanías de las máquinas de soldadura de plástico es alta, por lo que los autores consideran que es una buena situación para estudiar los efectos de esta contaminación sobre algunos indicadores fisiológicos (niveles de hormonas sexuales y síntomas menstruales y neurovegetativos) en trabajadores que pasan varias horas al día en las inmediaciones de estos dispositivos.
Metodología
Se escogieron tres grupos de mujeres voluntarias. El primero comprendía trabajadoras de 3 fábricas de calzado con alta exposición; El segundo trabajadoras de 2 fábricas de calzado con exposición menor; El tercero trabajadoras de un supermercado cercano con exposición prácticamente nula.
Las mujeres tenían entre 18 y 40 años, y les fue realizado un reconocimiento médico para medir sus niveles hormonales (esto se realizó sólo a una muestra aleatoria de ellas), así como un cuestionario a todas las participantes para que reportaran varios síntomas (dolor de cabeza, fatiga, pérdida de memoria, etc.)
Los autores emplearon varios criterios de exclusión para obtener una muestra lo más homogénea posible, sin posibles factores de confusión.
Finalmente, la muestra se compuso de 71 trabajadoras para el grupo 1, 109 para el 2 y 349 para el 3.
Este tipo de máquinas genera unas frecuencias entre 25 y 30 MHz, es decir, en la parte baja del espectro de altas frecuencias. El límite permitido en China es de 25 V/m en ese rango de frecuencias, que sería equivalente a unos 1700000 microwatrios por metro cuadrado. El límite en España es similar.
Sin embargo, las trabajadoras más expuestas (grupo 1) sobrepasaban esos límites ampliamente, y las menos expuestas (grupo 2) también, aunque la exposición era aproximadamente entre 2 y 3 veces inferior a las del grupo 1. El nivel de campo magnético, además, variaba entre los 2 y 8 microteslas, lo que estaría por encima de los niveles de referencia en España, por ejemplo.
Por tanto, tenemos a 2 grupos de trabajadoras altamente expuestas, con niveles que bordean o sobrepasan algunos estándares internacionales, y un grupo de control con una exposición marginal en relación a esos 2 primeros grupos.
Resultados
Muchos de los síntomas estudiados fueron significativamente diferentes en función del nivel de exposición. Entre ellos, destacan: dolores de cabeza, mareos, trastornos del sueño, pérdida de memoria, irritabilidad, fatiga, dolores musculares, o desórdenes menstruales. Las trabajadoras del grupo de control presentaban unos síntomas mucho menores que las de los dos grupos expuestos, mientras que esas diferencias eran menos claras entre los dos grupos experimentales (aunque también se vislumbran patrones de dosis-respuesta en varios de esos síntomas).
En cuanto a las hormonas sólo se encontró una diferencia significativa en la progesterona.
No se encontraron diferencias en cuanto a problemas en el embarazo (abortos).
Implicaciones
Las trabajadoras expuestas a altos niveles de campos electromagnéticos reportaban síntomas como dolores de cabeza, pérdida de memoria a corto plazo, desórdenes menstruales (probablemente debidos a la alteración de la progesterona), náuseas o trastornos del sueño.
Existe un efecto no térmico de esas exposiciones, lo que de nuevo se añade al amplio cuerpo de evidencia que indica los riesgos para la salud de seguir permitiendo esos niveles de referencia tan altos que, desde el punto de vista científico, están claramente obsoletos.
Los autores abogan porque definitivamente se disminuyan los niveles de exposición a las que están sometidas estas trabajadoras de la industria del calzado en China.
Limitaciones
Se echa de menos un análisis más general basado en un modelo estadístico que englobe todos los datos recogidos por los autores, y así poder controlar mejor por los posibles factores de confundido.
Los resultados de los síntomas reportados, sin embargo, son bastante esclarecedores sobre la existencia de un efecto no térmico. Hay que tener en cuenta también que la mayoría de trabajadoras llevaba menos de 4 años en su puesto de trabajo, por lo que es difícil que se puedan valorar efectos a largo plazo con esta investigación, que además tiene una naturaleza transversal.
Xu, Y. et al. (2016). Health Effects of Electromagnetic Fields on Reproductive-Age Female Operators of Plastic Welding Machines in Fuzhou, China. Journal of Occupational and Environmental Medicine, doi: 10.1097/JOM.0000000000000581