El cáncer de pulmón es el cáncer que produce más muertes en el mundo; 1.8 millones de nuevos casos y 1.6 millones de muertes al año. El tabaquismo está asociado a más del 80% de los diagnósticos de este tipo de cáncer. Otros factores ambientales, como la exposición a asbestos o a gas radón también incrementan el riesgo. Esto hace que también existan casos de cáncer de pulmón entre no fumadores; concretamente es la séptima causa de muerte por cáncer, por lo que tiene una elevada importancia.
Los autores plantean que el consumo de alcohol puede modular el riesgo de cáncer de pulmón. Recordemos que el alcohol es un cancerígeno seguro para la OMS (Grupo 1). Sin embargo, como el consumo de tabaco y alcohol están asociados, aislar el efecto de esta última variable es complejo.
El objetivo de esta investigación es analizar la asociación ente el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer de pulmón entre no fumadores, empleando una recopilación de 22 estudios de la International Lung Cancer Consortium y el proyecto SYNERGY.
Metodología
De los 22 estudios considerados, 10 provienen de Norte América, 7 de Europa y 5 de Asia u otras áreas. Todos esos estudios eran caso-control a analizados como tales.
El consumo de alcohol y tabaco fue recogido en cada estudio con un cuestionario. Los no fumadores eran aquellos que habían fumado menos de 100 cigarrillos a lo largo de su vida, mientras que los no bebedores eran aquellos que no consumían alcohol o lo hicieron de forma ocasional durante su vida.
La cantidad de alcohol consumido fue convertida en unidades estandarizadas de bebida, es decir, a gramos por día, lo que permitió estimar los gramos medios de alcohol consumidos por día de manera global y separando por tipos de bebida.
La muestra total la compusieron 2548 casos de no fumadores con cáncer de pulmón y 9362 controles pareados por edad, aunque no por sexo (78% de casos y 57% de controles eran mujeres).
Se tomó como referencia la categoría de no consumo de alcohol para compararla con las diferentes categorías descritas en función de los gramos de consumo diarios, desde bajo consumo hasta muy alto consumo.
Resultados e implicaciones
La ingesta baja y moderada de alcohol se asoció con una menor probabilidad de padecer cáncer de pulmón, ya que los Odds Ratio (OR) son significativamente menores que 1 (el intervalo de confianza está por debajo de 1), tal y como puede verse en la siguiente tabla.
Ello ocurre para los subtipos de cáncer analizados: adenocarcinoma y carcinoma epinocelular de pulmón. Para los bebedores de vino y de licores con consumo bajo (entre 0 y 4.9 g/día) también se encontró una asociación negativa, lo que no ocurrió para la cerveza.
Estos resultados son consistentes con otros estudios que han mostrado que existe un menor riesgo de cáncer de pulmón para personas que consumen menos de 12 g/día de alcohol (aproximadamente un vaso de vino o un quinto de cerveza).
Los autores explican estos resultados por los flavonoides presentes en el vino, que pueden reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer. Sin embargo, encuentran más dificultades en explicar el porqué de esa asociación inversa con las bebidas de mayor graduación.
Más interesante todavía es el que no se hayan encontrado asociación entre los muy bebedores de alcohol y el cáncer de pulmón, ni siquiera para los que ingieren más de 30 o de 45 g/día, es decir, el equivalente aproximado a 2 o 3 copas de whisky diarias.
Limitaciones/Comentarios
El hecho de agrupar tantos estudios es siempre un problema, porque las variables de confundido medidas son diferentes entre ellos, y porque el sesgo de respuesta también puede influir de manera diferente.
Los autores categorizan el consumo de alchohol en varios grupos pero no explican las posibles variaciones de resultados haciendo los grupos de diferente manera, por ejemplo, agrupándolos en lugar de en 6 más la categoría de referencia, en 4 más la categoría de referencia. Esto incrementaría el tamaño de muestra en los subgrupos y haría más confiable los análisis para el caso de bebedores con alta ingesta.
Tampoco se comenta el hecho de que el consumo de alcohol pueda estar asociado a otros tipos de enfermedades, lo que quizá pueda dar una interpretación equivocada de los resultados.
En cualquier caso, es una evidencia más que nos hace ver la complejidad de la investigación epidemiológica, y la prudencia con la hay que tomar los resultados.
Fehringer, G. et al. (2017). Alcohol and Lung Cancer Risk Among Never Smokers: A Pooled Analysis from the International Lung Cancer Consortium and the SYNERGY Study. International Journal of Cancer, doi: 10.1002/ijc.30618