Los autores indican que los numerosos resultados de investigación que asocian el índice de masa corporal (BMI) y la mortalidad siguen una relación no lineal en forma de U, J o J invertida, aunque la relación más prevalente es la de U. Sin embargo, hay estudios destacados como el de Veronese et al. (2015) que en su metanálisis sobre personas en residencias de ancianos encuentra que la relación entre BMI y mortalidad es inversa, por lo que existiría una «paradoja de la obesidad» por la cual sería una especie de factor protector.
El objetivo de esta investigación es evaluar la asociación entre el BMI y la mortalidad en ancianos en China.
Metodología
El estudio empleó datos del Chinese Longitudinal Healthy Longevity Survy (CLHLS), que comprende 631 condados y ciudades seleccionados aleatoriamente de 22 de las 31 provincias de China. Los participantes fueron contactados entre 1998 y 1999 y seguidos en 2000, 2002, 2005, 2008-09 y 2011. Un total de 9093 participantes realizaron la encuesta en 1998/99. Se excluyó a los participantes menores de 80 años y aquellos que tenían un BMI extremo (<10 o >50) o en los que no había datos completos antropométricos. Finalmente 8026 participantes quedaron incluidos de los cuales 1943 fueron perdidos en su seguimiento.
Además del peso, se midió la estatura pero con el procedimiento de la altura de la rodilla, y su transformación a estatura normal a través de las fórmulas estándar que indican los autores. De este modo, ya se tenía información para calcular el BMI. Así, los participantes fueron divididos en cuatro grupos: (1) infrapeso (BMI<18.5); (2) normal (BMI entre 18.5 y 23.9); (3) sobrepeso (BMI entre 24 y 27.9) y; (4) obesidad (BMI >29.9).
Como covariables se incluyeron factores sociodemográficos (educación , ocupación) y estilos de vida ( consumo de tabaco, alcohol, actividad física y nutrición). También se consideraron condiciones de salud en base a las patologías de cada individuo.
Se emplearon modelos de Cox, tanto para explicar la mortalidad general como las diferentes causas de ésta.
Resultados e implicaciones
Comparado con el peso normal, el infrapeso se asoció a un mayor riesgo de mortalidad tras el ajuste de las covariables, un HR=1.20 (95% IC: 1.13-1.27). El sobrepeso se asoció con un menor riesgo de mortalidad que el peso normal HR=0.89 (95% IC: 0.81-0.99). La obesidad no tuvo una relación significativa con la mortalidad.
Se confirmaron en este estudio también la relación no lineal entre el BMI y todas las causas de mortalidad en hombres y mujeres. La forma de la relación entre el BMI y la mortalidad varía fundamentalmente en función del estatus de fumador o no de los participantes, pero básicamente sigue una misma tendencia.
De este modo, hay cierta evidencia tras este estudio para apoyar la paradoja de la obesidad, a la que los autores buscan explicación, y para ello proporcionen dos mecanismos potenciales; (1) el exceso de grasa puede actuar como una reserva metabólica durante la enfermedad o las lesiones; (2) el sobrepeso protege contra fracturas osteoporóticas y el declive cognitivo.
Limitaciones/Comentarios
Los autores advierten que las características de su cohorte poblacional son únicas, ya que vivieron en unas condiciones muy duras durante la juventud y vida adultas, y donde el sobrepeso era una característica rara hasta los 60 años (década de los 70 de la muestra escogida). Esto puede hacer pensar que los individuos que tenían sobrepeso/obesidad en el momento del estudio no lo habían sudo toda su vida, por lo que los efectos negativos de la obesidad podrían haber sido mitigados. Además, y a diferencia de los países occidentes, la obesidad está asociada positivamente al estatus socioeconómico.
Wang, J. et al. (2017). Association between body mass index and all-cause mortality among oldest old Chinese. The Journal of Nutrition, Health & Aging, doi: 10.1007/s12603-017-0907-2