Acabo de terminar de leer el último libro de Brenda Chávez: Tu consumo puede cambiar el mundo. El poder de tus elecciones responsables, conscientes y críticas, una agradable sorpresa a la que merece la pena dedicarle una entrada en este blog. No voy a destripar el libro, porque es altamente recomendable su lectura íntegra y pausada; simplemente comentaré algunos aspectos fundamentales que espero inciten a su visionado.
La autora
Brenda Chávez es licenciada en Derecho y Periodismo y ha trabajado como redactora jefe de Vogue y como subdirectora de Cosmopolitan, entre otras revistas, además de colaborar con diversos medios de comunicación. Esos puestos de responsabilidad le han llevado a vivir múltiples experiencias con corporaciones y marcas (anunciantes), algunas de ellas relatadas en el libro, que retratan las deficiencias de un sistema de producción-consumo en el que el marketing se convierte en una forma de maquillar una desagradable realidad.
Chávez ha tenido la gallardía de replantearse la forma de enfocar su consumo cotidiano con el fin de poder contribuir a dos aspectos fundamentales: castigar a aquellas empresas que lo hacen mal, y premiar a aquellas que lo hacen bien. Este simple razonamiento implica un acto político cada vez que consumimos, una forma de alzar nuestra voz para pedir una sociedad más acorde con la que deseamos. Y aunque pueda parecer un pensamiento demasiado naif, los contenidos presentados en el libro demuestran que tiene un poder que debemos emplear.
El libro
La obra se estructura en dos partes. En la primera de ellas Chávez explica el modelo de economía cowboy en el que estamos inmersos, término este (cowboy) que recurrentemente emplea como forma de representar una especie de mundo sin ley, a la merced de los forajidos de las grandes corporaciones. Y no es exagerado, ni mucho menos. En la segunda de ellas, la autora hace un gran trabajo de exposición sobre lo que estamos consumiendo (que nos hace cómplices de este sistema) y las alternativas que tenemos para intentar darle la vuelta.
Existe un hilo conductor general, y es el postulado de que este sistema es injusto, insostenible, depredador, tóxico, inhumano, impostor…y con las acciones de consumo podemos luchar para cambiarlo. Es la idea central del libro e, insisto, Chávez nos llega a convencer de que no es una utopía transformarlo.
Para concienciarnos la autora propone un ejercicio simple de imaginación, el flashback que se produciría al tocar cada producto que está a la venta. Así, podríamos saber todo su recorrido desde la forma en la que se obtuvieron las materias primas, pasando por el proceso de fabricación y distribución, y cómo las personas y el medio ambiente han sido tratadas en ese recorrido. Si pudiéramos hacerlo, seríamos más conscientes de terribles historias, muchas de las cuales están contadas en el libro.
Pese a que la obra está escrita para dar un mensaje final positivo, deja un regusto ácido, un nudo en la garganta al mostrar algunas de las aberraciones cometidas por empresas dentro de este sistema capitalista neoliberal, enfocado en el crecimiento, que Chávez critica sin tapujos, señalando claramente a aquellas corporaciones que alimentan la injusticia, al mismo tiempo que no se deja engatusar pese a los intentos de greenwashing de algunas de ellas, ni tampoco por famosos que fallan en implicarse, o lo hacen de manera frívola. En este sentido, Chávez es contundente.
El libro está bien documentado ya que se cimenta en tres pilares fundamentales: (1) La propia experiencia de la autora tras muchos años lidiando con anunciantes y presiones de marcas; (2) Las más de 200 entrevistas realizadas a diferentes actores en esta temática; (3) Un gran número de notas bibliográficas. Es más, al final de cada capítulo se pueden econtrar unas Microguías, consejos sencillos para enfocar el consumo, pero no por ello carentes de trasfondo, ya que se basan en todo el trabajo previamente documentado, y que además se amplían en su web: www.brendachavez.com
Chávez navega con precisión por diferentes sectores de consumo: alimentación, moda, belleza, hogar, transporte, energía, tecnología, medicamentos, banca, consumo infantil, e incluso mascotas y viajes. Por tanto, se hace un dibujo bastante completo de la gran mayoría de decisiones de compra que realizamos.
«Dejemos de frecuentar malas compañías», como bien indica la autora al final de la obra, y hagámoslo sin obsesionarnos o culparnos por no alcanzar la perfección, algo que es imposible. Así, la dirección correcta la vamos recorriendo nosotros con cada acto de consumo. Sorprende, ciertamente, la cantidad de opciones que en la mayoría de sectores podemos encontrar para ir dando pasos en ese camino correcto. Y este es uno de los puntos fuertes del libro, el mostrar numerosas alternativas hacia donde encaminar nuestras compras.
Al fin y al cabo, el mensaje que envía el libro es que otra economía es posible, y reclamar esto no debería ser objeto de crítica de ningún tipo, ya que estaría en consonancia con lo estipulado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyos artículos emplea Chávez al inicio de cada capítulo para recordarnos que no estamos pidiendo nada que no sean nuestros derechos, y que el actual sistema fomenta que se vulneren constantemente.
Quizá el libro, pese a que emplea cientos de notas bibliográficas, podría haber profundizado en la literatura científica para sustentar algunos de los temas tratados (tóxicos, radiaciones, terapias alternativas, etc.), lo que habría puesto cimientos más sólidos a algunos de los argumentos esgrimidos. Una mayor precisión hubiera sido deseable, particularmente en temas donde las publicaciones en revistas de revisión por pares son numerosas. Este es, a mi juicio, un punto susceptible de mejora, aunque también es cierto que habría alargado bastante más el libro, algo que la autora reconoce perfectamente al comienzo (se ha quedado mucho material fuera para no extender las 688 páginas que ocupa esta primera edición)
Personalmente, y viendo las innumerable tropelías que sufrimos todos los días por parte de corporaciones, medios de comunicación, reguladores y gobernantes, y que son alimentadas por este sistema capitalista neoliberal, no sé si esta situación tiene arreglo sin una gran eclosión que haga empezar todo desde cero. Pero el libro de Brenda Chávez es bastante convincente para mostrarnos que, desde ya, podemos intentar cambiar el sistema usando precisamente su herramienta más determinante: el consumo.
Es un libro para todo tipo de públicos, y debería ser especialmente inspirador para los estudiantes de Administración de Empresas, ya que destila unos valores éticos que hacen de guía para futuros emprendedores, empresarios, trabajadores y consumidores.
Una amplia explicación sobre los contenidos del libro la hace Brenda Chávez en el podcast de Doble Cara: