En esta investigación publicada en el Journal of Thrombosis and Haemostasis, los autores encuentran que la estatura es un factor de riesgo para tromboembolismo venoso (VTE).
El VTE comprende dos tipos de patrologías: la trombosis venosa profunda (DVT) y la embolia pulmonar (PE). Es una enfermedad prevalente que afecta a entre 350000 y 600000 personas de las que más de 100000 mueren cada año en Estados Unidos.
La estatura ha sido identificada en otras investigaciones como un factor de riesgo del VTE, aunque el mecanismo subyacente no está demasiado claro (se ha propuesto que puede estar relacionado con una mayor área venosa y presión hidrostática).
El objetivo de esta investigación es emplear una nueva técnica de análisis para estudiar esta cuestión, que pueda proporcionar afirmaciones causales más robustas. Para ello, los autores utilizan métodos de aleatorización mendeliana, que no son más que una forma de tratar de evitar el posible sesgo de los estudios observacionales a través del empleo de polimorfismos génicos como variables instrumentales. Es, por tanto, un recurso metodológico que permite realizar análisis estadísticos con menos probabilidad de sesgo.
Metodología
Los autores escogieron tres fuentes de datos; dos estudios de cohortes y un estudio caso-control, que previamente habían empleado en otras investigaciones.
Se midió la estatura de los participantes excepto en el estudio caso-control, donde fue dada por los muestreados. También se consideraron diversos factores de riesgo para VTE, como la diabetes o el tiempo de tromboplastina parcial activado, entre otros.
Los casos de VTE se obtuvieron por los registros hospitalarios, distinguiendo entre DVT y PE. Los autores crearon un índice genético (GRS) restringido no correlacionado con el peso, con el fin de que actuara como una variable instrumental adecuada. También realizaron los análisis considerando el GRS sin restringir y sin emplear el método de variables instrumentales, con el fin de comparar los resultados.
Los autores hicieron los análisis por separado para los 3 estudios, tomando como variable dependiente el haber sufrido o no VTE, por lo que las odds ratios se resumieron en un pequeño metanálisis.
Resultados e implicaciones
Los resultados se pueden ver gráficamente en la siguiente figura:
Todos las aproximaciones metodológicas obtiene resultados similares tras el metanálisis, lo que es indicadtivo de un incremento de riesgo relativo de desarrollar VTE (en un 30-40% por cada 10 cm, según los autores).
Análisis adicionales descartaron que el cáncer (que es un factor de riesgo para el VTE) actuara como mediador entre la estatura y el VTE.
Los autores plantean que la estatura está asociada con mayor presión venosa en individuos sanos, y esto podría ocasionar con el tiempo un deterioro de las paredes venosas, lo que incrementaría el riesgo de VTE.
De este modo, la estatura se convierte en un factor de riesgo per se, para el desarrollo de esta enfermedad.
Limitaciones/Comentarios
Los autores hacen un buen trabajo de estimación con variables instrumentales, aunque en realidad los resultados globales no difieren en la práctica al considerar un análisis en un sólo paso. Usar instrumentos para las estimaciones siempre es complejo y no está exento de posibles sesgos, como los autores bien admiten en las limitaciones.
Lo que no resuelven satisfactoriamente los autores es la diferencia entre resultados para la trombosis venosa profunda (DVT) y la embolia pulmonar (PE). No está nada clara esa separación en el artículo, y la única vez que muestran resultados al respecto puede que erren al interpretar que la estatura esta más fuertemente asociada con la DVT que con la PE, cuando los intervalos de confianza de ambas OR se solapan claramente: OR: 1.46, 95% CI (0.98 – 2.16) para DVT, y OR: 1.20, 95% CI (0.79–1.82) para PE. La explicación posterior que dan sobre que la mayoría de los trombos se forman las válvulas de las venas profundas de los miembros inferiores, donde el flujo sanguíneo está más estancado y que eso va en la línea los resultados encontrados sobre la relación más estrecha entre la estatura y DVT frente a la estatura y PE, no creo que sea acertada, ya que (al menos con los datos que dan los autores, como en los que se muestra en la siguiente gráfica) esos resultados a los que se refieren no arrojan demasiada luz.
Como he recordado en otros posts sobre esta temática, nuesta investigación sobre PE en jugadores de baloncesto arrojó que había un mayor riesgo de padecer esta enfermedad que la población general. Sin embargo, la relación con la estatura tampoco estaba clara, y dejamos al margen muchos casos de DVT (sobre todo en otros deportes) que podrían haber dado un dibujo interesante de la relación entre los riesgos de padecer tromboenbolismo venoso (VTE) y el deporte profesional. Aunque no era el objetivo de nuestro artículo el analizar el VTE, en futuras investigaciones podríamos ir por ese camino.
Roetker, N. S. et al. (2017). Taller height as a risk factor for venous thromboembolism: a Mendelian randomization meta-analysis. J Thromb Haemost, 15, 1334–1343
1 comentario en «TROMBOEMBOLISMO VENOSO ASOCIADO A LA ESTATURA»
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