El tromboembolismo venoso es una enfermedad que comprende la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar. Es la tercera enfermedad cardiovascular y se divide en: (1) provocada (cuando hay algún elemento que la provoca como traumatismos, cirugía o inmovilidad prolongada); y (2) no provocada, que es cuando no se identifican esos factores de riesgo anteriores. La investigación muestra que hasta un 10% de las no provocadas son el “preludio” de un diagnóstico posterior de cáncer (a los 12 meses). Lo que plantea el artículo es el estudio la eficacia de dos procedimientos diferentes de screening en pacientes con tromboembolismo no provocado: (1) procedimientos básicos como análisis de sangre, examen físico y radiografía de pecho y screening de mama, útero y próstata (2) esos procedimientos añadiendo también tomografía computerizada de pelvis y abdomen. Un total de 431 personas en el primer grupo y de 423 en el segundo participaron.
Los resultados indicaron que el diagnóstico de cáncer en ese seguimiento de un año fue de 14 en el primer grupo y de 19 en el segundo, pero esa diferencia fue estadísticamente no significativa (p=0.28).De esos 14, 4 fueron detectados después del screening. Para el segundo grupo, de los 19, 5 fueron detectados también posteriormente. Los resultados son, por tanto, no significativos, como también lo fueron en cuanto al tiempo posterior al screening.
De este modo, este artículo nos dice que no hay beneficios adicionales por hacer pruebas más complejas y que conllevan posibles efectos secundarios (los de la radiación) para este tipo de casos. Recordemos que la tomografía computerizada de abdomen y pelvis expone a la persona a una dosis de radiación de unos 31 milisieverts (10 veces más que a lo que naturalmente estamos expuestos en un año), lo que equivale a unas 442 radiografías de pecho.