En este artículo publicado en Health Promotion International, los autores analizan el impacto que la regulación publicitaria televisiva sobre alimentos no saludables para los niños está teniendo en el Reino Unido.
Es harto conocido en la literatura que la promoción de este tipo de comida, generalmente alta en azúcares, grasa y/o sal influye en el consumo de los jóvenes. La OMS publicó unas guías en 2010 y 2012 para que los estados implantaran políticas para limitar la exposición de niños a comida «densa» (HFSS).
En el Reino Unido, en 2007, comenzó un programa de regulación para reducir la exposición de niños menores de 16 años, que se iba a implementar en varias etapas, de manera progresiva. El objetivo era prohibir los anuncios en canales dedicados a niños y limitar la de los otros canales no exclusivos para niños.
Aunque los reguladores en 2010 publicaron que habían conseguido una reducción de exposición, otras investigaciones mostraron fallos metodológicos, así, Boyland et al. (2011), realizaron su propio estudio sobre una muestra de anuncios de 2008, con su también propio sistema de codificación. El objetivo de esta investigación es comparar esos datos recogidos en 2008 con una nueva muestra recolectada en 2010, siguiendo exactamente la misma metodología.
Metodología
Se muestrearon 13 canales de diversa índole dirigidos total o parcialmente aniños, tomando muestras aleatorias en diferentes días de la semana y fines de semana durante febrero, abril, junio, agosto, octubre y diciembre, desde las 06:00 a las 22:00h. Un total de 1931.5 horas fueron grabadas.
Se codificó cada anuncio en 3 categorías: (1) saludable; (2) no saludable; (3) mixto. En esta úlitma categoría mixta entraban los anuncios generalistas, como por ejemplo los de los supermercados, o los de comida «sana» realizados por restaurantes de comida rápida. Como bien indican los autores, hay un estudio que muestra que ese tipo de publicidad de productos más saludables realizada por esas empresas, lejos de incentivar su consumo, incrementan la propensión de los niños a ser atraídos por esas cadenas de restaurantes.
Los anuncios grabados fueron representativos del conjunto de la parrilla televisiva, y fueron codificados por los investigadores en las categorías descritas.
Resultados e implicaciones
Los resultados muestran que apenas hubo variación porcentual desde 2008 (0.9% de reducción de los anunciones), con la distribución que se muestra en la siguiente tabla:
Se puede apreciar que en categorías como «comida rápida» o «bebidas azucaradas» hay un aumento llamativo.
En cuanto a la distribución en las categorías de la investigación, la siguiente figura muestra que prácticamente no hubo cambios entre 2008 y 2010:
Además, se encontró una mayor incidencia de anuncios de comida no saludable en el mes de agosto, justo cuando hay vacaciones.
Globalmente, estos resultados indican que el programa, pese a que en 2009 debía estar aplicado en su plenitud, no ha propiciado cambios importantes en el patrón de pubicación, aunque sí que ha habido un trasvase de anuncios desde soportes dedicados exclusivamente a niños atros más generalistas (pero igualmente dirigidos al público familiar).
Limitaciones/Comentarios
La codificación realizada por los autores difiere de la de Ofcom (la organización dedicada a implementar la regulación), pero es ciertamente razonable y, sobre todo, permite una comparación directa con los resultados de 2008.
Aunque es cierto que la fiabilidad entre codificadores es alta (93%), quizá hubiera sido más indicado hacer una doble codificación, en lugar de testar el cacuerdo con sólo una porción de la muestra.
Las variables empleadas son sólo una aproximación a la exposición, y no se habla de datos de audiencia. Esta es una limitación importante porque los canales dedicados pueden tener una audiencia mayor. en cualquier caso, al final, como indican los autores, lo que sucede es que hay un trasvase de anuncios de un canal a otro, y esto hace que todavía haya mucho trabajo por hacer.
Whalen, R. et al. (2017). Children’s exposure to food advertising: the impact of statutory restrictions. Health Promotion International, doi: 10.1093/heapro/dax044