En esta breve nota publicada en SEMERGEN-Medicina de Familia, el editor de la revista se hace eco del artículo de Alcántara & Sánchez (2017) sobre las recomendaciones de EULAR acerca de los tratamientos de la fribromialgia.
Recordemos que esta enfermedad se caracteriza por un dolor crónico, fatiga, problemas de memoria y cambios de estados de ánimo. Todavía se desconocen las causas de ella, aunque se cree que está asociado a un funcionamiento anormal del sistema nervioso central.
Como bien indica el autor:
» A pesar de haberse establecido por el Colegio Americano de Reumatología, en 1990, los criterios para su clasificación; de ser reconocida por la OMS como enfermedad en 1993 (CIE- 10: M79.7) y por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor en 1994 (X33.X8a) ; no es infrecuente encontrar profesionales de la salud escépticos sobre su existencia «
Nos encontramos, por tanto, ante una enfermedad, aunque haya espacios científicos donde no se considere así, como para la Arthritis Foundation.
Es más, las evidencias sobre su existencia aparecieron décadas antes de que la OMS la reconociera como enfermedad. Sin embargo, para parte de la comunidad médica sigue siendo invisible. El autor, no obstante, es claro al dibujar la situación.
» Nos encontramos pues ante una enfermedad crónica, asociada con frecuencia a otras comorbilidades, de respuesta limitada a los tratamientos disponibles, necesitada de intervenciones multidisciplinares, algunas no farmacológicas, con pacientes «expertos» en su enfermedad y cuyo concurso es imprescindible para mejorar su estado y calidad de vida. Esta definición o situación se puede aplicar a un porcentaje muy elevado de los ciudadanos que acuden a nuestras consultas. Las soluciones aportadas por las recomendaciones EULAR para el caso de la fibromialgia son de aplicación también para estas otras muchas situaciones análogas: la educación para la salud del paciente y su implicación en el proceso, la aplicación de terapias no farmacológicas, el enfoque individualizado y multidisciplinar y la necesidad de la investigación y el método científico para determinar las estrategias de tratamientos más adecuadas para estos pacientes.»
Entre las terapias no farmacológicas, el ejercicio físico aeróbico y ejercicios de fortalecimiento es la única en la que hay una evidencia fuerte sobre su eficacia.
Comentario
La historia de la fibromialgIa, desde que aparecieron las primeras evidencias hasta que se catalogó como enfermedad, y su posterior evolución dentro del universo médico (con profesionales que todavía son escépticos sobre su existencia), nos muestra un ejemplo de lo que puede estar sucediendo con otros trastornos o enfermedades (aquí el tema conceptual es importante, por lo que lo dejaremos de momento así de ambiguo), y que además pueden estar asociados al funcionamiento anormal del sistema nervioso central, como la sensibilidad química múltiple y la electrohipersensibilidad.
Deberíamos aprender de la historia. Pero no lo hacemos.
Martín, V. (2017). Fibromialgia como paradigma de retos pendientes en la atención primaria. SEMERGEN – Medicina de Familia, doi: 10.1016/j.semerg.2016.07.016