En este editorial del Journal of Attention Disorders, los autores se plantean en qué medida un procedimiento terapéutico como la neurorrealimentación (o neurorretroalimentación) basada en electroencefalografía puede emplearse para mejorar los síntomas del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) debido a su efecto placebo.
Los autores rápidamente se posicionan en el sí, es decir, a través de la sugestión se pueden modular acciones voluntarias y funciones atónomas, y debido a las características de esta terapia (alto componente tecnológico, novedad, confianza en el neurociencia), el placebo es más proclive a ocurrir.
La neurorrealimentación con electroencefalografía
Este procedimiento pretende que el sujeto adquiera el control sobre ciertas respuestas cerebrales a través de la monitorización con una electroencefalografía (EEG) de los potenciales eléctricos.
El autor nombra varias investigaciones que muestran que los beneficios de la terapia cuando se emplea la propia señal cerebral son comparables a cuando se utiliza una señal «fantasma». Dicho de otro modo, la magnitud del efecto placebo es similar a la del supuesto efecto testado; la eficacia no supera al placebo.
En consecuencia, esta terapia, al menos de momento, es una simple neuro sugestión.
¿Se puede prescribir un tratamiento de sugestión?
Los autores indican que sí, y que de hecho muchos clínicos prescriben tratamientos basados en la sugestión incluso sin saberlo. Nombran al psicólogo Irving Kirsch, quien tuvo acceso a resultados no publicados de ensayos clínicos aleatorizados, como en el caso de los inhibidores de recaptación de la serotonina en el tratamiento de la depresión, donde apenas los efectos del medicameto superaban al placebo. Otros ejemplos relacionados con terapias de acupuntura o incluso con cirugías de rodilla mostraban resultados similares: realizar el tratamiento o simularlo (haciendo creer al paciente que lo estaba recibiendo realmente) produce efectos equivalentes.
Tratamiento del TDAH
Algunos fármacos reducen los síntomas del TDAH en niños de manera más efectiva que el placebo, pero con el coste del riesgo de efectos secundarios, como la ansiedad, tristeza, llanzo, morderse las uñas, euforia o timidez.
La posibilidad de disminuir el riesgo de efectos secudarios a largo plazo producidos por fármacos para tratar el TDAH hace que los autores vean las terapias de sugestión como atractivas. Manejar el «engaño» puede ser controvertido desde el punto de vista ético, y por ello existen protocolos clínicos en los que se le indica al niño que efectivamente va a tomar una pastilla que es placebo, y que no le va a producir ningún efecto secundario. Y aún así el placebo se sigue produciendo.
De este modo, los autores ven la neurorrealimentación con EEG como una buena oportunidad para emplearla como terapia para el TDAH, y cuyo efecto placebo podría ser incluso mayor que el encontrado con pastillas inocuas. De hecho, ellos mismos ya han podido constatar en estudios recientes que así puede ocurrir.
Comentarios
Los autores muestran que se puede prescribir placebo para tratar el TDAH, y hacerlo «salvando» los cuestionamientos éticos, al claramente especificar al niño y sus familiares de que en realidad va a recibir una terapia de sugestión pero que le puede ayudar a mejorar los síntomas.
A este respecto, la neurorretroalimentación con EEG se presenta como una atractiva opción para ello, debido a sus connotaciones tecnológicas que puede estimular áun más ese efecto placebo.
Como indican los autores, en Estados Unidos un 45% de los médicos emplean placebos en la práctica clínica y un 96% de ellos cree que los placebos pueden tener efectos terapéuticos.
El efecto placebo sigue siendo un tema apasionante para la investigación en muchas áreas de la ciencia, y tal vez debiera considerarse mucho más antes de prescribir determinados fármacos con mayor riesgo de producir efectos secundarios.
Thibault, R. T. et al. (2018). Treating ADHD with Suggestion:Neurofeedback and Placebo Therapeutics. Journal of Attention Disorders, Forthcoming