Hay veces que mis estudiantes de marketing se quedan perplejos ante cómo manejan las grandes empresas sus relaciones públicas y sus mensajes publicitarios. Y lo hacen porque no entienden cómo puede haber tanto cinismo, tanta manipulación. Cuando comentamos que el marketing consiste, principalmente, en crear una máscara que oculta la verdad, crea una hiperrealidad, y mantiene entretenida e idiotizada a la gran mayoría de la opinión pública, entonces empiezan a comprender mejor «de qué va esto».
Hemos visto ya muchos ejemplos en otros artículos en este blog, pero hoy vamos a hablar de una empresa que hasta ahora no estaba entre las protagonistas de las lamentables historias sobre ocultación, mentiras, fraudes, explotación o contaminación: 3M («Minnesota Mining and Manufacturing»)
La compañía del «post-it» y del «Scotch-Brite», entre otros productos, resolvió hace unos meses un contencioso jurídico con el estado de Minnesota a causa de la contaminación con PFAs. Vamos a contar brevemente la historia.
Los PFAs
Los PFAs son un grupo de compuestos fluorados artificialmente creados y que incluyen una diversidad de químicos, entre los que destacan los PFOA y los PFOS. Tienen una gran variedad de usos, como espumas contra incendios, pinturas, pesticidas, champús o envases de comida. Según la Agency for Toxic Substances and Disease Registry (ATSDR, 2018), la exposición a PFAs pueden producir diversos efectos sobre la salud, como incrementar el nivel de colesterol, perturbar la respuesta a las vacunas, incrementar el riesgo de enfermedad de tiroides, y afectar a la fertilidad femenina, entre otros. La evidencia con respecto al cáncer es más controvertida, aunque la IARC clasificó al PFOA como posible cancerígeno. En estudios en animales, se muestra una asociación con el cáncer de hígado, páncreas, testículos y tiroides.
Según la EPA, niveles de PFOA y PFOS por debajo de 70 ppt (partes por trillón) en agua de bebida no debería suponer un peligro para los humanos. El agua es la principal ruta de exposición, junto con la comida contaminada (sobre todo el pescado), aunque también esos compuestos contaminan el aire y el suelo.
Por tanto, hay que mirar con especial atención a las comunidades donde se sitúan fábricas de este tipo de sustancias perfluoroalquiladas, y también instalaciones militares y otros lugares donde se usan ciertos tipos de espumas contra incendios.
3M produjo los primeros PFAs
Como indica Fellner (2018), en los años 40, los científicos de 3M desarrollaron dos químicos ligando flúor con carbono, los cuales repelían la grasa, el aceite y el agua, y eran bastante estables. Los PFOS y los PFOA supusieron, de este modo, una gran innovación que fue aprovechada por la compañía para incorporarla a sus productos, y también venderla a terceros, como a DuPont, que empleaba los PFAs para producir Teflon.
El estado de Minnesota demanda a 3M
En 2010, el estado de Minnesota interpuso una demanda contra a 3M (cuyo cuartel general se encuentra precisamente allí) por valor de 4060 millones de euros por dañar los recursos naturales del estado (Eldiario.es, 2018). Pero como indica Fellner (2018), la fiscal general que lideró la demanda, Lori Swanson, acusó a la compañía también de: (1) Formar un equipo interno para evitar que se publiquen papers que pudieran ir en contra de sus intereses; (2) Financiar investigaciones que la compañía pudiera manipular; (3) Considerar investigaciones aparentemente independientes, pero cuyos investigadores firmaban acuerdos secretos con 3M; (4) Deshacerse de documentos internos que pudieran comprometer a la compañía.
De este modo, se acusaba a 3M no sólo de contaminar el entorno, sino de crear una estructura y planear un entramado de acciones para manipular la evidencia científica y moldearla para que fuera congruente con sus intereses, es decir, tratar de que la comunidad científica y la opinión pública considerara los PFAs como una amenaza mucho menor de lo que realmente era.
Se conocen documentos internos
Gracias a este concencioso jurídico se han conocido diversos documentos internos que comprometen seriamente a 3M. De especial relevancia son los que se refieren a John P. Giesy, un reconocido investigador sobre tóxicos químicos, que recibió el Einstein Professor Award de la Academia de Ciencias de China. El profesor Giesy fue el primer científico en descubir los PFAs en el medio ambiente y trató de persuadir a 3M de que abandonara su producción (Fellner, 2018).
Sin embargo, se ha descubierto que Giesy estaba coludiendo con 3M en una campaña internacional para influir en la investigación académica sobre los peligros de los PFAs. Los documentos han permitido dilucidar que 3M, durante décadas, ha mentido a la comunidad científica sobre la presencia de sus químicos en la sangre de las personas, despreciando estudios que ligaban a esos químicos con el cáncer, y financiando selectivamente estudios para ser usados como una barrera defensiva en los litigios. Como explica Fellner (2018), la acusación alegaba que, pese a que el profesor Giesy tenía una gran imagen de investigador independiente, en realidad, y en privado, él se definía como un miembro más del equipo de 3M. Giesy tenía un patrimonio de unos 20 millones de dólares, en parte gracias a su compañía consultora que ha recibido pagos de 3M entre 1998 y 2009, facturando unos $275 la hora. En un email al laboratorio de 3M, el profesor Giesy describió su papel como «tratar de mantener malos artículos fuera de la literatura», porque en «situaciones de litigo pueden ser un gran obstáculo para refutar».
Si alguien se pregunta cómo esto es posible, o si un sólo investigador puede tener ese poder, hay que recordar que Giesy es uno de los investigadores más reconocidos en su campo, y forma parte del equipo editorial de diversas revistas científicas, sociedades y foros. Desde esa posición (editor o revisor), puede influir en la aceptación o el rechazo de estudios, en función de los intereses personales que tuviera (que para la fiscal Swanson, así lo era).
Sabían del riesgo pero no hicieron nada
Según Marcotty & Bjorjus (2017), la fiscal Lori Swanson pidió un informe a investigadores de la Universidad de Harvard, que indicaba que 3M conocía los posibles efectos nocivos de los PFAs en la década de los 70, pero los ocultó deliberadamente, con lo que no se investigaron sus efectos en las personas que vivían en comunidades cercanas a las fábricas.
Phillippe Garndjean, profesor de salud ambiental en la Universidad de Harvard, revisó los documentos internos de la compañía, y señaló que 3M cerró los ojos a la evidencia o simplemente escogió no seguir tirando del hilo.
Comunidades afectadas
Demostrar que existe un cluster de cáncer es, probablemente, una de las tareas más complejas en epidemiología, y normalmente acaba en fracaso. Se necesitan muestras grandes y tamaños de efecto también importantes para que los estudios proporcionen significatividad. Por tanto, cuando las autoridades insisten en que no existe un cluster de cáncer, realmente puede existir, pero no se ha tenido potencia estadística suficiente para detectarlo.
En los últimos años han habido varias sospechas sobre esos conglomerados de cáncer en los aledaños de focos contaminantes con PFAs. Probablemente el más conocido es el de Oakdale (Minnesota), donde al menos 5 muertos por cáncer y 16 supervivientes de esta enfermedad acudieron a la escuela secundaria de Tartan (Fellner, 2018). Y en ese centro educativo y en toda la ciudad se preguntan si eso es «normal».
Son un total de 21 casos en 15 años (Fellner, 2018). Con sólo 28000 residentes y alrededor de 1700 chicos en el instituto de Tartan, esta localidad aledaña a una de las fábricas de 3M descubrió en 2004 que su agua estaba contaminada por PFOS por encima de los niveles permitidos, concretamente 20 veces superior. La historia que cuenta Fellner (2018) es tremenda, no obstante según las autoridades no se considera como cluster de cáncer. Pero el profesor David Sunding, de la Universidad de California Berkeley revisó los datos y estimó que los niños que murieron en Oakdale tenían 171% más de probabilidad de haber sido diagnosticados de cáncer que los que murieron en áreas no contaminadas. Además, las madres en Oakdale tenían un 34% más de probabilidad de tener niños nacidos con bajo peso, y eran menos fértiles que en otras parte del condado. Sin embargo, el Departamento de Salud de Minnesota publicó sus propios datos negando que hubiera tal cluster de enfermedad. Pero, como indica Fellner (2018), un email interno sacado a la luz indicaba que uno de los empleados del Departamento de Salud describía ese contra informe como «apresurado».
En Australia, al menos 90 comunidades están siendo investigadas por elevados niveles de contaminantes. El Deparatamento de Salud australiano mantiene que «no hay evidencia consistente» de que los químicos puedan causar efectos «importantes» sobre la salud, como el cáncer, pero para hacer esto referencian el trabajo de los científicos de 3M, que insisten en que esos químicos no son perjudiciales a los niveles encontrados en sangre en humanos (Fellner, 2018).
En una de ellas, Williamntown, cerana a una base aérea y donde se emplean con asiduidad productos con PFAs, 50 de sus residentes han desarrollado cáncer en los últimos 15 años (Fellner & Begley, 2018). Sin embargo, al estudio epidemiológico de la NSW Health (que fue muy criticado) concluyó que no existía un cluster de cáncer (Millington, 2018). Phillippe Garndjean, dijo que era posible y probable que los químicos los PFAs estivieran relacionados con esos casos de cáncer debido a la supresión del sistema inmune (Fellner, 2017). De nuevo sospechas, gente sufriendo, científicos que alzan la voz alertando…pero casos y evidencias insuficientes para la estadística oficial.
Estudio censurado
Tanto el Administrador de la EPA, Scott Pruitt, como la Casa Blanca han tratado de censurar la publicación de un estudio sobre contaminación con PFOS y PFOA en el agua de Estados Unidos. La investigación realizada por la Agency for Toxic Substances and Disease Registry supuestamente muestra que esos tóxicos afectan a la salud humana a niveles bastante menores que los que la EPA considera seguros (Snider, 2018). El estudio, que afecta a muchas zonas lindantes con instalaciones militares, está bloqueado desde hace varios meses, aunque tras la reciente dimisión de Pruitt, se abre un nuevo escenario.
Un email escrito por un representante de la Casa Blanca en enero de 2018 y conocido a través de un Freedom of Information Act, se refiere a ese informe como una «potencial pesadilla de relaciones públicas» (Fellner, 2018).
Las multas…o lo barato que sale la maldad
La demanda interpuesta en 2010 se resolvió en un acuerdo a comienzos de 2018, donde 3M se comprometió a pagar 850 millones de dólares con el fin de archivar el caso (Eldiario.es, 2018). En 2017 (sólo en ese año) 3M obtuvo unos 4858 millones de dólares de beneficios. No es extraño que haya afectados que piensen que al gigante de Minnesota le ha salido muy barato contaminar durante décadas el agua potable, ocultar datos sobre la toxicidad de los PFAs, y coludir supuestamente con John P. Giesy para sesgar la evidencia científica sobre los efectos de esos productos.
En 2017, DuPont también llegó un acuerdo por 670 millones de dólares para cubrir daños de la contaminación del agua potable en los alrededores de su planta de Teflon en West Virginia, después de que un panel de expertos realizara una investigación epidemiológica concluyendo que el agua potable de los residentes estaba contaminada con PFOA, lo cual era una causa probable de 6 enfermedades, incluyendo cáncer de hígado y testículos (Fellner, 2018). En 2016 (de nuevo sólo en ese año), DuPont obtuvo un beneficio neto de 2500 millones de dólares.
3M y DuPont conocían los efectos de sus químicos desde hacía décadas (Brownell, 2018). Ahora pagan, pero el daño ya está hecho, y sus ingentes beneficios siguen siendo eso mismo, ingentes.
El marketing
Después de conocer (brevemente) la historia, resulta un ejercicio imperdible repasar algunas de las acciones de marketing de 3M, y así comprobar cómo funcionan su publicidad y relaciones públicas
Según Eldiario.es (2018), y en relación al acuerdo llegado en el mencionado jucio en Minnesota, John Banovetz, vicepresidente senior de Investigación y Desarrollo de 3M decía: «Estamos orgullosos de nuestro historial en gestión ambiental y, aunque no consideramos que exista un problema de salud pública relacionado con los productos químicos, 3M trabajará con el Estado en estos importantes proyectos«.
De este modo 3M está muy orgullosa de su actividad y no acepta que exista un problema de salud pública con los PFAs. Pagan la multa porque quieren colaborar (desinteresadamente quizá les ha faltado decir) con las gentes de Minnesota para hacerles la vida mejor.
Bueno, es normal que ellos mismos «se lo crean». De hecho, en 2014 y 2015 3M fue reconocida como «Una de las compañías más éticas del mundo» por el Instituto Ehisphere, un centro de investigación que busca promover las mejores prácticas en materia de ética empresarial y gobierno corporativo (Compromisorse.com, 2015). Juan Antonio Palacios, Compliance Manager para Europa decía al respecto: “Desde 3M estamos muy orgullosos de este reconocimiento, el cual refleja el compromiso de nuestra gente con los más altos estándares éticos en la forma de hacer negocios. Además, esta distinción nos indica que estamos en el buen camino y nos aporta la confianza para seguir creciendo de forma sostenible”. Sostenible, esa palabra mágica que les sonará a los habitantes de Minnesota y de otras comunidades donde no pueden comer peces de los ríos contaminados. Un premio a la ética y a la transparencia.
3M también ha estado activo en España colaborando con la AECC. Lo hizo en 2009 diseñando productos con el lazo rosa (Controlpublicidad, 2009).
También es interesante echar un vistazo a algunos de sus mensajes gráficos, que de nuevo muestran la gran preocupación que tiene esta compañía por el medio ambiente y la salud de todos nosotros.
Viendo desde fuera todas esas acciones de marketing, para aquellos que no conozcan historias como esta, 3M se presenta como una compañía idílica, en la que a todos nos gustaría trabajar, y donde los productos que venden son atractivos y confiables.
Conclusión
Nadie duda del mérito de las innovaciones de 3M, y de lo que éstas han contribuido a mejorar varios aspectos de la vida cotidiana. Eso no se pone en cuestión. Para muchos 3M es un modelo a seguir por su capacidad para crear tecnología y registrar más de 25000 patentes. Además, ha hecho avances importantes en el ámbito de la sostenibilidad.
Pero el éxito no debe conseguirse a cualquier precio. La avaricia, la codicia, el maquiavelismo y el comportamiento anti social de aquellos que han tomado algunas de las decisiones que hemos repasado en este post no tiene justificación, y no hay dinero (ni por supuesto esas escasas multas) que pueda pagar el (supuesto) daño hecho a conciencia por ocultar, mentir y trampear en relación a algunos de sus productos contaminantes, como los PFAs.
Las tragedias personales quedan, como casi siempre pasa en estos casos, embarradas en la confusión generada entre informes y contra informes, generación de dudas, limitación de las pruebas causales, jerga estadística, e intereses económicos. Pero hay cosas que son evitables, como la inversión en tecnología para reducir las emisiones, o el mayor control de las autoridades para evitar que se cometan infracciones. Pero cuando esas autoridades parecen ir de la mano del «malo» (como la EPA), poco hay que añadir. Las soluciones a posteriori no valen, la gente ya no recupera su salud, y la multas son irrisorias para los beneficios generados por estos gigantes.
No, 3M no es un modelo a seguir. Y no lo es porque, según todas estas informaciones, se ha comportado con un alto grado de perversión. Eso sí, el marketing enmascara su verdadero rostro. Ellos están orgullosos, no admiten que han perjudicado la salud de nadie, son éticos, sostenibles, transparentes y trabajan para mejorar nuestra vida, incluso colaborando en la lucha contra el cáncer.
Referencias
ATSDR (2018, junio 20). ToxFAQs™ for Perfluoroalkyls. Descargado desde: https://www.atsdr.cdc.gov/toxfaqs/tf.asp?id=1116&tid=237
Brownell, J. (2018, abril 17). Attorney With Long History Fighting PFC Contamination Says «Learn From What We Went Through». Descargado desde: http://krcc.org/post/attorney-long-history-fighting-pfc-contamination-says-learn-what-we-went-through
Compromisorse.com (2015, marzo 27). 3M, reconocida por sus prácticas éticas y transparatens. Descargado desde: https://www.compromisorse.com/rse/2015/03/27/3m-reconocida-por-sus-practicas-eticas-y-transparentes/
ControlPulicidad.com (2009, septiembre 7).Campaña solidaria de 3M contra el cáncer de mama. Descargado desde: http://controlpublicidad.com/campana-solidaria-de-3m-contra-el-cancer-de-mama/
Eldiario.es (2018, febrero 2). La compañía 3M acuerda el pago de 690 millones a EEUU para archivar una demanda por contaminación. Descargado desde: https://www.eldiario.es/economia/Post-it-millones-EEUU-archivar-contaminacion_0_742626433.html
Fellner, C. & Begley, P. (2018, junio 17). Toxic Secrets: Where the sites with PFAS contamination are near you. Descargado desde: https://www.smh.com.au/national/nsw/toxic-secrets-where-the-sites-with-pfas-contamination-are-near-you-20180616-p4zlxc.html
Fellner, C. (2018, junio 15). Toxic Secrets: The town that 3M built – where kids are dying of cancer. Descargado desde: https://www.smh.com.au/world/north-america/toxic-secrets-the-town-that-3m-built-where-kids-are-dying-of-cancer-20180613-p4zl83.html
Fellner, C. (2018, junio 16). Toxic Secrets: Professor ‘bragged about burying bad science’ on 3M chemicals. Descargado desde: https://www.smh.com.au/lifestyle/health-and-wellness/toxic-secrets-professor-bragged-about-burying-bad-science-on-3m-chemicals-20180615-p4zlsc.html
Fellner, C. (2018, junio 21). Erin Brockovich’s ‘heartbreak’ over cancer revelations as NY sues 3M. Descargado desde: https://www.smh.com.au/lifestyle/health-and-wellness/erin-brockovich-s-heartbreak-over-cancer-revelations-as-ny-sues-3m-20180621-p4zmse.html
Fellner, C. (2017, julio 8). Professor Philippe Grandjean links PFAS chemicals at Williamtown to diseaseDescargado desde: https://www.theherald.com.au/story/4778269/professor-links-toxins-to-disease/?cs=305
Marcotty, J. & Bjorhus, J. (2017, noviembre 27). Minnesota AG’s lawsuit asks: What did 3M know about PFCs?. Descargado desde: http://www.startribune.com/minnesota-ag-s-lawsuit-asks-what-did-3m-know-about-pfcs/459983203/
Millington, B. (2018, marzo 28). Cancer Council backs Williamtown RAAF airbase’s ‘limited’ PFAS cancer cluster study. Descargado desde: http://www.abc.net.au/news/2018-02-19/cancer-council-backs-nsw-health-pfas-cancer-cluster-study/9460446
Snider, A. (2018, abril 14). White House, EPA headed off chemical pollution study.Descargado desde: https://www.politico.com/story/2018/05/14/emails-white-house-interfered-with-science-study-536950