Este artículo ofrece una nueva causa posible de leucemia infantil; la cantidad de radiación ultravioleta a la que los niños están expuestos, lo que se añadiría a la lista de factores sospechosos, junto con la exposición a pesticidas durante el embarazo o a los campos electromagnéticos.
Hay diversas investigaciones que muestran que la exposición al sol tiene efectos encontrados. Por un lado, la síntesis de vitamina D tiene un efecto protector frente a ciertos tipos de cáncer, pero por otro lado puede actuar como supresor del sistema inmune, lo que a su vez se asocia al cáncer. Los autores dicen que el cuerpo de evidencia de los efectos positivos es mayor que el de los negativos cuando se trata de cáncer infantil.
Lo que hacen los autores es analizar la frecuencia observada y esperada de leucemia y el nivel de exposición geográfica a radiación ultravioleta. Es decir, no consideran en su modelo ni los factores de riesgo de exposición individuales (como la exposición a campos magnéticos), ni la propia exposición de cada niño al sol. Aún así, los autores defienden que sus resultados no pueden explicarse por la localización espacial de exposición a factores como vivir cerca de centrales nucleares o de líneas de alta tensión, ya que se encuentra un patrón espacial en el que aquellos que viven en la zona con más radiación ultravioleta de Francia (el sudeste) tienen una mayor probabilidad de leucemia que el resto en niños que son menores de 5 años.
Estos resultados contrastan con un estudio muy similar hecho en California en 2013, donde la relación era inversa, es decir, existía una asociación negativa entre la exposición solar y el desarrollo de leucemia y linfoma de no-Hodgkin, y eso que la radiación media en California es mayor que en Francia.
En conclusión, este estudio añade una nueva fuente de discusión más sobre los efectos de la exposición infantil al sol y el desarrollo de cáncer infantil. Realmente, con todos estos estudios en la mano, tenemos dudas sobre si ese efecto es positivo, neutral o negativo, lo que quizá (y en mi opinión) sea indicador de complejas relaciones no lineales entre las exposiciones a las causas de cáncer y el desarrollo del mismo (con formas complejas como la U o la J, por ejemplo), y también de la posible interactuación de las variables fuentes de riesgo.