Un re análisis de un estudio financiado por GlaxoSmithKline y publicado en 2001 en la revista Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry muestra que sus resultados son más que cuestionables. El estudio original, un ensayo clínico, indicaba que la paroxetina y la imipramina eran eficaces para tratar la depresión en adolescentes. Sin embargo, este nuevo estudio no sólo pone de manifiesto que esa mejora respecto al placebo es no significativa, sino que existen efectos secundarios importantes como las tendencias suicidas. Parece, por tanto, un nuevo caso más de perversión en la industria farmacéutica y en algunos investigadores.
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