Nos advierte de los problemas que tiene la ciencia biomédica actual, incapaz de determinar con seguridad que intervenciones funcionan y cuáles no, lo que provoca acciones médicas inútiles o, en el peor de los casos, peligrosas. El libro Ending Medical Reversal nos ilustra que la medicina no debería permitir que los fármacos y los tratamientos se testaran con pacientes (demasiados errores), sino en el laboratorio o con ensayos clínicos controlados. Las revocaciones médicas no deberían ser tan frecuentes; el sistema de generación de conocimiento biomédico no funciona bien. La presión por sacar un medicamento al mercado sin los debidos controles, la corrupción, los conflictos de intereses, etc. son causas de este problema.
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