En Estados Unidos las universidades firman grandes contratos con los gigantes de la industria textil deportiva para licenciar todo el merchandising (camisetas, sudaderas, etc.) y patrocinar los programas deportivos de esos Colleges.
Pero desde hace un tiempo diversos colectivos de estudiantes se han asociado para protestar contra las condiciones laborales que sufren los trabajadores repartidos por las factorías de medio mundo, especialmente en el sudeste asiático. United Students Against Sweatshops, lleva 20 años luchando para que en las universidades americanas firmen acuerdos de patrocinio con marcas que respeten los Derechos Humanos. Este año celebran su vigésimo aniversario.
Honestamente, lo tienen muy complicado, porque Nike sigue al frente con nada menos que 7 mil millones de dólares en patrocinios en 2016 a esas universidades, aunque ciertamente las cifras varían en función de la fuente considerada, aunque no dejan de ser desorbitadas.
En la Universidad de Penn State los estudiantes están tratando de que en 2017 no se renueve el acuerdo con Nike, debido a la permisividad de la marca de Oregón con las condiciones de trabajo de una de sus fábricas de Vietnam: Hansae.