Los hermanos Koch lo han vuelto a hacer. Cuando parecía difícil superar las acciones que aparentemente (seamos prudentes con el lenguaje) muestran muy poco respeto por la salud de sus compatriotas, ahora anuncian que donarán millones de dólares a los políticos republicanos que voten no a la contra reforma sanitaria de Trump. Veamos en qué consiste este despropósito, situando primero quiénes son los Koch:
Los hermanos Koch
Como describía en mi investigación sobre naming rights, y según Dickinson (2014), los hermanos Koch tienen una fortuna de unos $40 billones. Gastaron $400 millones para la campaña republicana en 2012. Son industrias extremadamente contaminantes y han tenido que pagar grandes sumas de dinero en multas; generan 24 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero cada año. En los años 80 se descubrió que estaban robando literalmente petróleo a las tribus nativas americanas. Ellos se han esforzado durante años en fomentar que se paguen menos impuestos. Preferían no gastarse dinero en el mantenimiento de sus gaseoductos y oleoductos; era más fácil seguir con instalaciones viejas y explotarlas que cerrarlas por seguridad. La compañía presionaba a los empleados para falsificar los informes de mantenimiento de sus instalaciones. Desde 1988 hasta 1996 los oleoductos de la compañía derramaron 11.6 millones de galones de crudo y productos derivados del petróleo. Necesitaban $98 millones para poner esas tuberías en buenas condiciones. Pagaron $30 millones en multas. Bill Koch, uno de los hermanos decía sobre la filosofía de la compañía “Las industria Koch tiene una filosofía en la que los beneficios están por encima de cualquier otra cosa”. Financiaron la campaña de G. W. Bush para ser presidente en 2001
Como indica Dayen (2016), 610 subsidiarias de las Industrias Koch se encuentran en 17 paraísos fiscales, según la American Bridge 21st Century, una Super PAC liberal de apoyo a los candidatos demócratas. La mayoría de esas subsidiarias se encuentran en Bermuda y las Islas Cayman. Y esas son las más evidentes, ya que se obvian aquellas empresas con nombres secretos y más complejos de identificar con las Industrias Koch. Por ejemplo, Invista, una de sus subsidiarias registra las patentes fuera de Estados Unidos para no pagar el 35% de impuestos. En Luxemburgo, por ejemplo, hay un 80% de exención de royalties o capital ganado derivados de cualquier propiedad intelectual. Hay 299 patentes registradas por Invista en Luxemburgo. Asimismo se sirven de otros mecanismos de ingeniería financiera entre las subsidiarias para pagar los menores impuestos posibles.
No parece que entre los intereses de los hermanos Koch estén el bienestar de los trabajadores, el patriotismo financiero, o el medio ambiente. Según Leber (2013), Charles Koch abogaba por eliminar el salario mínimo, ya que ello ayudaría a los pobres porque el salario mínimo (según él) es un obstáculo para el crecimiento económico.
Ya hemos recordado quiénes son los mandamases de Industrias Koch. Ahora hablemos brevemente de la reforma sanitaria.
Obamacare y la respuesta de Trump
Obamacare es el nombre popular de la reforma sanitaria realizada por Barack Obama en 2010. Aquí puede encontrarse una sencilla explicación sobre esta Ley. Básicamente, la reforma de Obama pretendía mejorar el maltrecho sistema de asistencia sanitaria en Estados Unidos, a través de un incremento de la cobertura de los servicios públicos para personas de bajos ingresos y con necesidades especiales (Medicaid y Medicare), y de obligar a los ciudadanos a que contrataran un seguro médico para no verse privados de este tipo de asistencia, ofreciendo facilidades al respecto. También exigía a grandes empleadores dar cobertura de salud a sus trabajadores.
Este intento de reformar algo el desigual acceso a la salud de los ciudadanos norteamericanos fue criticado desde el comienzo por el partido republicano, y al final incluso por algunos demócratas. No era de extrañar, por tanto, que al llegar Trump a la presidencia se intentara derogar.
Y así ha sido, tras pocas semanas en el poder Trump presentó su contra reforma, que según algunas estimaciones dejará sin cobertura sanitaria a 14 millones de personas en 2018 y a 28 millones en los próximos 10 años. Ya se sabe, la salud es para quien se la pueda permitir.
Los Koch contra Trump
Y ya explicado el contexto, vamos entonces a la noticia: La contra reforma de Trump necesita ser aprobada, y los hermanos Koch están tratando de influir para que no sea así. ¿Están los Koch velando por los más necesitados y preocupándose porque el acceso a la salud sea mejor? No, rotundamente no. Nada más lejos de la realidad.
Lo que piensan los Koch es que la reforma que propone Trump es ¡demasiado laxa!; Trump ha sido muy condescendiente con el sistema de Obama y, según estos hermanos, sería necesario una contra reforma mucho más radical, ya que la propuesta de Trump, dicen ellos, es prácticamente similar a la de Obama.
De este modo, los hermanos Koch ofrecen millones en donaciones a los políticos republicanos que voten no a la propuesta de Trump.
Como el lector habrá inferido, aquí tenemos un ejemplo bastante ilustrativo de lo que significa el neoliberalismo en su máxima expresión, y de lo que implica dejar en manos de este tipo de personas (hermanos Koch y todos los perfiles similares) los derechos y las «libertades» de los ciudadanos. ¿Queréis un sistema económico y social regido por los mercados? Ahí tenéis a los hermanos Koch & Company para «cuidar» de vosotros.
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