En agosto de 2003, una mujer estadounidense de 48 años contrajo el Virus del Nilo Occidental, que le provocó una discapacidad debido a daños en el cuello uterino y en la columna. Los test de laboratorio le detectaron presencia de anticuerpos antimielina y antiganglósidos. La discapacidad lo llevó a cambiar de casa ya que no podía acceder con la silla de ruedas.
En 2014, justo 11 años después, y tras tener su enfermedad estabilizada empezó a sufrir síntomas similares a los episodios aguos de su infección por el Virus, como ataxia, dolores de cabeza o vértigos. Cuando salía de su apartemento los síntomas desaparecían. Un potente módem inalámbrico con funcionalidad hostspot (punto caliente para múltiples conexiones) se había instalado pocos metros debajo de su piso. Sin embargo, ella usaba también un teléfono móvil y un router inalámbrico casero.
Ella consiguió que ese módem potente se sustituyera por otro con menos potencia y los síntomas desaparecieron inmediatamente. No obstante, 9 semanas después, de nuevo surgieron. Le llevó varios días pero finalmente encontró la causa; de nuevo otro módem de largo alcance (hotspot) cerca de su piso. Cuando el propietario deshabilitó la función de hotspot, súbitamente volvió a la normalidad.
Ese tipo de módem puede operar a 2.4 GHz o 5 GHz y emite señales de baliza en bajas frecuencias (10.24 Hz).
Hipótesis
Los autores plantean la hipótesis de que los síntomas de esa mujer fueran los mismos que sufren los electrohipersensibles. La literatura ha mostrado una asociación entre la electrohipersensibilidad y el deterioro de la mielina, que conlleva dolores musculares, parestesias e hiperactividad neuronal, características de la electrohipersensibilidad.
El hecho de que la mujer no tuviera síntomas ante la exposición a su propio módem o a su teléfono móvil es un desafío para los investigadores, porque puede indicar que no sólo importa la intensidad de la señal (mayor en los aparatos que tienen en casa) sino de las características de la misma (el intervalo de la señal de baliza)o incluso el efecto sinérgico entre los diferentes tipos de señales.
Limitaciones/Comentarios
Los autores reportan este caso para abrir nuevas vías de investigación en el estudio de la electrohipersensibilidad. Ciertamente, parece un problema complejo, que puede depender no sólo de la intensidad de las señales inalámbricas que una persona recibe, sino de los pulsos de baja frecuencia que se asocian a ellas (intervalos de baliza, por ejemplo). En cualquier caso, esta investigación no aporta más respuestas ni conclusiones a esta problemática, sino únicamente nuevas hipótesis sobre la razón por la que se experimentan esos síntomas. Falta aún mucho camino por recorrer en este tema.
]Johansson, O. & Redmayne, M. (2016): Exacerbation of demyelinating syndrome after exposure to wireless modem with public hotspot, Electromagnetic Biology and Medicine, DOI: 10.3109/15368378.2015.1107839.